Pamplona. Toda nuestra vida es un juego, y, por consiguiente, el arte también lo es. Ésta es la tesis que plantea la exposición Homo Ludens. El artista frente al juego que acoge el Museo Oteiza, y que puede verse hasta el próximo 13 de febrero de 2011. Una selección de 75 obras, algunas de ellas nunca antes vistas, de artistas estatales e internacionales que acercan al espectador a la idea del juego como parte fundamental de la cultura.

"Con esta exposición se busca desmitificar la idea de que el juego sólo está ligado al mundo infantil, y de que el adulto que lo hace demuestra un carácter infantilizado", puntualizó Aitziber Urtasun, comisaria de la muestra y responsable del área de didáctica del museo, durante la inauguración. "Con estas piezas, recopiladas de instituciones como el Museo Reina Sofía de Madrid, el Centro Georges Pompidou de París, el Museo Picasso de Barcelona, la Colección Kutxa, la Colección Musac, el museo Artium de Vitoria, el Centro Internacional del Títere de Tolosa, o el Museo de Alzuza, se demuestra que toda nuestra vida se basa en un juego. Trabajamos, disfrutamos, resolvemos problemas, nos enamoramos, en definitiva, jugamos con las piezas de nuestros propios puzzles", recalcó.

La muestra, que está dividida en cuatro áreas, analiza así distintas caras del juego. En la primera de ellas, se aborda la presencia del lenguaje en el terreno de lo lúdico, cuyo precursor fue Stéphane Mallarmé con su libro de poemas Un golpe de dados, también expuesto en esta muestra. En la segunda se habla de la relación directa, íntima y, en muchas ocasiones, espontánea del artista frente al material. En la tercera se abarca la propia creación de juegos de azar, puzzles o rompecabezas, y por último, la cuarta acoge una selección de obras recientes que configuran el mensaje a través del juego.