Vitoria. Un día después de que el Festival Internacional de Teatro -ése que él mismo impulsó- baje el último telón de la presente edición, subirá el que rinde homenaje a una de las figuras clave de la escena alavesa. Amigos y colegas -diferente, pero la misma cosa- se reunirán el lunes 29 en el Teatro Principal para recordar al recientemente fallecido -22 de julio- Félix González Petite, y lo harán en una reunión informal y cercana, en Una hora con Félix que será a la par tributo y punto de encuentro del gremio de las bambalinas. Qué mejor forma de rememorar su figura que encontrarse con él. Que encontrarse.

"Desde el minuto siguiente de conocer la noticia, todos los que le conocíamos tuvimos una sensación, la misma, de pérdida y gratitud", afirma Maite Berrocal, concejala de Cultura. La herencia de Petite -"enseñó, contó, explicó..."- exigía "una mínima responsabilidad de canalizar esa deuda de conocimiento, de lo que nos ha legado" a través de un momento especial.

Se lanzó, de este modo, una convocatoria a los grupos de teatro del territorio, ésos entre los que Félix se movía con visión analítica y afán de mejora, y -junto al equipo de la red de teatros municipal- han respondido conformando "un acto de homenaje y reconocimiento" que tendrá lugar a las 20.30 horas y con carácter abierto. Eso sí, para acercarse a él, será necesario contar con una de las invitaciones que comenzarán a repartirse el día 17 en la taquilla del Principal. La misma ante la que tantas veces cruzó.

No será un homenaje al uso. "Lo que queremos resaltar es que el acto no es un espectáculo, es una reunión de amigos, un encuentro con Félix", explica Emilio Fernández de Pinedo, integrante de la compañía Panta Rhei y -descubrimos- sobrino del propio Félix. "Empecé en el teatro a través de él, con catorce años. Sólo tenía dos frases, pero me enamoré de ello, me descubrió el mundo. Él no quería que entrase, pero le convencí con voluntad...".

Fernández de Pinedo propone sinónimos para explicar la filosofía del homenaje. "Encuentro, conversación, diálogo...". Lo que se busca es huir de lo teatral y convertir las tablas en territorio de amigos. "Y, además, no sólo con profesionales del teatro", explica Jesús López Quintana, que convivió con Petite desde los primeros instantes de su pasión conjunta por el teatro.

Lo hizo en el grupo teatral de la Excursionista Manuel Iradier, que ensayaba en Marianistas; en su siguiente etapa en el Consejo de Cultura de Diputación; y en la Cooperativa Denok, siempre de bote en bote. Cuando ensayó en el Instituto Ramiro de Maeztu, se decidió que el edificio fuera el futuro Parlamento. De Ajuria Enea, tuvieron que saltar también a Reyes Católicos, local que ahora ocupan la compañía Porpol y el Taller de Artes Escénicas. Un trayecto común que acabó en 1992 con el punto final de la cooperativa y "dejó así de ser profesional para ser únicamente personal", recuerda López Quintana.

"En su proscenio, que es donde se solía poner él". Ahí sucederá todo el lunes 29, reuniendo a todos los que han compartido camino con Petite. Hasta a una recién llegada al campo municipal, Maite Berrocal, que recuerda la breve pero intensa relación con este hombre de teatro. Empezó por teléfono, pactando una reunión "informal" que resultó ser una de las primeras al frente de su cargo. "Recuerdo sobre todo que me dijo: no temas equivocarte, para decírtelo ya estaremos los demás".

Berrocal alaba el trabajo de un Petite que "todo lo dirigía a que mejorara Vitoria; algunas de las decisiones afortunadas sobre teatro que hemos tomado tienen mucho que ver con conversaciones con Félix". La próxima, el lunes 29.