Siempre se asocia su nombre a la fusión, una palabra a veces un poco gastada en los últimos tiempos. Cuando se mezclan dos cosas, ya parece que se puede hablar de fusión y no es exacatamente así. De todas formas, parece que usted es más alguien que anda en busca de libertad, de salirse del cliché permanentemente...
A veces las propuestas le llegan de lugares insospechados. Porque usted se ha metido en proyectos que ni usted mismo hubiera imaginado, proyectos muy alejados, en principio, del mundo flamenco...
O que iba a hacer el proyecto 'Omega', con el grupo de su Granada natal, Lagartija Nick. Un trabajo que fue un antes y un después en sus respectivas carreras, y que repitieron en directo hace poco.
Pero está bien apostar, ¿no? Poder ir a un casino de Las Vegas y colocar todas las fichas donde uno quiera, donde a uno le venga en gana. Es un síntoma de libertad.
El 16 de diciembre llegará a Gasteiz cantando los textos de Picasso. ¿Cómo fue este encuentro?
Cuando cierra los ojos y los canta, ¿le vienen imágenes de sus cuadros, de sus obras?
Luego estrenó en directo su disco 'Pablo de Málaga' nada menos que en la propia Gernika...
¿Era realmente el que le cortaba el pelo a Picasso?
Entonces era su manager...
Como un manager, pero sin llevarse el diez por ciento...
Entonces igual estamos hablando de uno de los museos más especiales de Picasso.
También Miguel Hernández aparecerá quizás en el espectáculo en el año de su aniversario. Aunque, para usted, todos los años son aniversario de Hernández, siempre le ha gustado, siempre ha sentido profundamente su poesía...
Sus conciertos siempre son una sorpresa...
La última vez que visitó Vitoria, por ejemplo, cantó un estandar clásico como 'Summertime' en el Festival de Jazz...
Usted escucha mucha música, ha probado a acercarse a muchos estilos. Por ejemplo, ahora, ¿que es lo que hay en su tocadiscos?
A mí también me gusta. Fauré, Mahler...
Y, tras la producción de Estrella, ¿qué proyectos tiene?
Está bien que la cartera esté llena.