Madrid. Las acusaciones de "cocainómano" a Jaime de Marichalar por parte de la revista Época no han caído en saco roto. El 2 de octubre de 2008, el semanario publicaba una portada en la que se insinuaba que la ruptura matrimonial del entonces Duque de Lugo con la infanta Elena se debían a la adicción a la cocaína del yerno real.
Si en el momento del anuncio del "cese de la convivencia matrimonial", el 13 de noviembre de 2007, ya se desataron diferentes versiones sobre quién había tenido la culpa, esta portada no hizo más que perjudicar la imagen de Jaime de Marichalar.
Para frenar cuanto antes el daño, Jaime de Marichalar interpuso una denuncia contra Época y contra los periodistas Carlos Dávila, que en aquel tiempo era el director de la revista, y contra María Eugenia Hernández Viñés, la periodista que firmó el reportaje Conflicto en la separación de Doña Elena. El pasado martes, el juzgado de instrucción número 27 de Madrid dictó el auto de apertura del juicio oral contra los tres implicados y fijó una fianza solidaria de más de un millón de euros para asegurar las responsabilidades civiles que se deriven.
Ante esta situación, Época se defendió ayer de las acusaciones con un comunicado en su página web. "En el número 1.213 del semanario Época -aparecido el 2 de octubre de 2008- no se acusó en ningún momento de cocainómano a Jaime de Marichalar, ex marido de la Infanta Elena, ahora divorciado de la primogénita de los reyes de España", afirmó la revista, que añadió que "el reportaje, publicado bajo el título Conflicto en la separación de doña Elena. Alega consumo ocasional de cocaína, recogía las informaciones que el semanario recibió de fuentes de toda solvencia en torno a la separación de los entonces duques de Lugo. Según establece el Código Penal, los presuntos delitos por injurias, en caso de probarse, están castigados con sanciones económicas, pero en ningún caso, con pena de prisión".
Estos días, Jaime de Marichalar ha sido noticia por su ausencia en la boda de su hermano Álvaro, el sábado en Soria. Algunos apuntan a que su negativa se debía a la exclusiva que había concedido a su publicación de cabecera, Hola!.