Madrid. Zapatos de colores chillones, fotos de manos enmarcadas y una cabeza de un maniquí coronada con cuchillas son algunas de las decenas de obras que el artista alemán Hans-Peter Feldmann muestra hasta el próximo 28 de febrero en el Museo Reina Sofía, en Madrid.

Titulada Hans-Peter Feldmann. Una exposición de arte, es "la más grande hasta la fecha realizada en España" de Feldmann, corroboró a Efe el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja Villel. Feldmann "pertenece a una generación (de artistas) que cuestiona el hecho artístico", es decir, a "la generación de los años 60", indicó la comisaria de la muestra, Teresa Tatay. El artista "cuestiona todas las nociones que nosotros utilizamos para valorar la obra de arte", afirmó Tatay. De manera que Feldmann pone en entredicho cuál es el mecanismo por el cual un objeto cualquiera como, por ejemplo, una sandalia de tacón y color dorado es una obra de arte o sólo un calzado.

Visitar Hans-Peter Feldmann. Una exposición de arte es un constante dejarse llevar entre vitrinas con objetos que se venden en tiendas de baratillo y reproducciones de fotos de prensa, e incluso cromos de futbolistas. Por lo que en la muestra "hay una línea muy fina entre arte y vida, o entre lo que pertenece al interior del museo y lo que está fuera del museo", dijo la comisaria catalana.

Esto es habitual "en todas las exposiciones de Feldmann", en las que "uno navega en esa línea, preguntándose continuamente si lo que está viendo es arte o no", contó Tatay. Esta subversión y cuestionamiento del arte en toda su extensión -la autoría, la autenticidad, la edición, el mercado, las instituciones-, le ha valido la reputación entre jóvenes generaciones que también cuestionan en su obra estos preceptos y le consideran un maestro o "artista de artistas". El creador dijo ayer que desea que el visitante sea "libre de tener" y "encontrar" su "propia idea" cuando ve su trabajo, por ello no habla del "significado" de su obra, porque cree que lo que tiene que decir ya lo ha hecho a través de éste. Esta defensa a ultranza de la libertad de pensar y sentir de los visitantes entronca a la perfección con las dos máximas que articulan su obra desde hace décadas: "la adhesión a la cotidianidad y el cuestionaiento de la autoridad", aspectos que recordó Tatay. Pero lo rutinario llega, incluso, a llamar la atención en el contexto de la exposición. La clave es ¿cómo Feldmann lo consigue? Mediante la acumulación de cientos de objetos que conforman unas decenas de obras pensadas en las últimas décadas. También, acerca los gestos y acontecimientos cotidianos con sus famosas series de fotos, porque la "obsesión" de Feldmann "desde el principio" de su carrera es "la imagen fotográfica", dijo la comisaria.