el pasado miércoles, la italiana Telecinco en su programa Sálvame emitió la mayor bufonada que en un plató de televisión se haya realizado en la historia mundial de este medio. Las huestes de Jorge Javier con el gran preboste al frente montaron un acto de supuesto desagravio a la duquesa de Alba que se resolvió finalmente en bufonada mayor del reino y que sospecho tendrá repercusiones judiciales por el modo bufonesco del proceder televisivo. Todo comenzó con un paripé del eximio presentador con su colaboradora Karmele Marchante que anunciaron la emisión de excusas públicas por parte de la periodista a la casa de Alba por unas manifestaciones de la loro mediática que había anunciado unas supuestas intenciones de la prole ducal de limitar los poderes notariales de la Duquesa, vista la deriva de su intenso amor con el plebeyo sevillano que la cortejan y que podría llevarse la panoja. Cuando éstas se habían producido, el jefe de la barraca comenzó a montar un numerito y pedir perdón para Marchante que en esos mismos momentos se acicalaba con peineta y mantilla a la española y armaba de pancarta-foto de la anteriormente agraviada. Y formose una espectacular procesión por el plató y pasillos adyacentes y aquello se convirtió en una vaina de procesión, desfile carnavalero, y cachondeo total de la nobiliaria figura con campo para la chacota y sátira nobiliaria. Desmadre, risotadas, burlas manifiestas, peticiones de perdón para Carmele, figurantes de las gradas incorporándose a la procesión trianera, una entrega excepcional de la escandalosa factoría de J.J.V., que volverá a arrasar en los Ondas y muchos materiagris tendrán que aguantar otra espectacular cabalgada televisual, rozando el escándalo y el amarillo caca. Una bufonada magna del mayor bufón de la televisión actual, siguiendo la estela de los grandes bufones del barroco español. Necesita un pincel.
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