Madrid. El escritor peruano Santiago Roncagliolo se adentra en los vericuetos de la mente de la mano de Max, el protagonista de su última novela, Tan cerca de la vida, en la que el amor y la muerte se dan la mano en una intriga psicológica que se desarrolla en un escenario de ciencia ficción.

Alejado de la realidad latinoamericana que ha plasmado en anteriores obras, Roncagliolo, explica que ahora le interesa "lo que hay dentro de la cabeza de la gente". El autor presenta Tan cerca de la vida (Alfaguara) como su obra "más autobiográfica", porque confiesa que Max, un hombre derrotado por la soledad, tiene que "ver mucho" con él mismo y con su propia experiencia cuando el pasado año viajó a Tokio. La obra se inicia cuando el protagonista, que ha sufrido meses atrás un traumático accidente, llega a la capital nipona para participar en una convención sobre inteligencia artificial. "Max tiene que ver mucho conmigo, que también he sido un hombre solo en un hotel mirando porno y tratando de buscar contacto con la vida fuera en un lugar como Tokio, con la enfermedad del viajero y la sensación de estar en un mundo extraño", indica autor de Memorias de una dama.

Pero, aunque pudiera parecer a primera vista que se trata de una obra sobre la soledad y la incomunicación, Roncagliolo deja claro que se trata de una obra "de amor" y "de muerte", aderezada con dosis de "terror". Admirador de las películas de terror japonesas, Roncagliolo introduce algunos espectros en la trama. Al escritor también le interesaba investigar sobre las normas del "extraño mercado sexual de Tokio" y sus normas "tan distintas" a las occidentales. Para Santiago Rocangliolo es en el territorio del sexo donde muchas veces se establece la verdadera comunicación. Por ello, Max, quien tiene la sensación de que sus palabras no le sirven para comunicarse con nadie de su alrededor, sólo logra establecer una verdadero diálogo con Mai, la camarera muda con la que establece una relación sutil a través del cuerpo. Las escenas de sexo dejan paso a un mundo de intrigas en el campo de la inteligencia artificial.

Con todos estos aderezos, Roncagliolo invita al lector a iniciar un viaje en el que descubrir emociones en un mundo desconocido y en el que cada uno puede verse reflejado como en un "espejo".