vitoria. Encuentra tiempo para dar clases. ¿Qué les recomienda a sus alumnos?
Una de las cosas que subrayo en las master classes es que la música no es solamente papel, sino sentimiento plasmado en sonido. El músico toca las notas; el artista toca el sentimiento. Por eso les recomiendo que conecten con esa vivencia de ser artista, de manera que el público vibre cuando los escucha. En un concierto, lo que se busca es conectar con esa parte de dentro, más interna, que es un misterio.
¿El rodaje del documental "Calle 54", de Fernando Trueba, ha supuesto un antes y un después en su carrera?
Definitivamente, podríamos decirlo. Calle 54 abrió muchas puertas a nivel mundial, porque se mostró en festivales de cine, pero también en festivales de jazz. Esta película no sólo plasma lo mejor de cada uno de nosotros, sino que también refleja el movimiento del jazz latino y los diferentes estilos y géneros que esconde. Ahora estoy feliz de haber lanzado el DVD basado en la grabación que realizó Fernando Trueba del concierto que ofrecí con la Big Band en República Dominicana, ante 5.000 personas reunidas en el anfiteatro de los Altos de Chavón.
¿Sigue ofreciendo conciertos con Tomatito y Chucho Valdés?
Este año he hecho giras con ambos. Con Chucho coincidí en Japón, donde hicimos doce presentaciones en el Blue Note de Tokyo. El encuentro se llamó Piano Masters, los fanáticos disfrutaron un montón. Con Tomatito también he dado conciertos. En noviembre volveré a tocar con ellos.