Venecia. El antiguo guionista y viejo amigo de Roman Polanski, Jerzy Skolimowski, y la mujer de éste, Emmanuelle Seigner, se pliegan al protagonismo mudo y absoluto de Vincent Gallo en Essential Killing para iluminar la Mostra con una agreste pieza cinematográfica sobre el instinto de supervivencia.
Seigner no apareció por Venecia. Gallo, también director de una de las películas a concurso, sigue fiel a su alergia a las ruedas de prensa. Y así, fue el director de filmes como El año de las lluvias torrenciales quien defendió la brutalidad poética de Esential Killing.
"Emmanuelle y yo hablamos de la película antes de que sucedieran los desafortunados acontecimientos que afectaron a Roman Polanski. Delicadamente le pregunté a ella si seguía disponible pese a todo. Y me contestó: absolutamente", relató Skolimowski, quien rodó el filme con Seigner durante el arresto domiciliario de su marido.
En Essential Killing el que fuera guionista de El cuchillo en el agua parece que no ha perdido 48 años después la aspereza de su narración, y la exhibe por todo lo alto en su retrato de un afgano que emprende una salvaje huida tras ser capturado por el Ejército estadounidense.
"Es la lucha de uno contra muchos, y entre esos adversarios está sobre todo la naturaleza", aseguró el director, que envuelve su cinta en sobrecogedoras localizaciones de Israel y Noruega, Afganistán y Rusia en la ficción, pero principalmente deja rienda suelta al talento visceral de Vincent Gallo.
El intérprete de Tetro, una suerte de Klaus Kinski 2.0, se mueve como pez en el agua en esta cinta que, por otro lado, conecta con el espíritu radical y turbador de los mejores títulos que el actor alemán hizo con Werner Herzog.
Frente a la verborrea iracunda de Kinski, Gallo opta por el mutismo. Pero comparten esa entrega física extrema, ese magnetismo demencial que les hace devorar la pantalla. "El compromiso de Gallo con la cinta ha quedado más que demostrado estando al borde de la congelación cada día de rodaje", explicó el productor de la cinta.
Y es que esa "esencia asesina" que da título al filme conecta al hombre con el animal. "Es la supervivencia. Y para sobrevivir tiene que matar, es la única manera", explicó Skolimowski.
El protagonista, potencial terrorista talibán y fáctico asesino, acaba con todo aquel que se le ponga por delante, pero la culminación de la violencia lírica se produce cuando asalta a una mujer con su hijo en brazos para mamar su leche materna. En su absorbente hora y media de imágenes sin diálogo, la complicidad del público con el personaje está lejos de la compasión.
"Vincent nunca habría aceptado un papel que busque eso", reconoció el realizador polaco quien convierte a Gallo en "suave y armonioso", bromeó.
Y en Essential Killing, ambos juegan al deporte favorito en esta edición de la Mostra: la ambivalencia moral. Si fuera disciplina olímpica merecería medalla, aunque todavía es pronto para saber de qué metal.