"Los Teen Choice Awards han hablado y lo han confirmado oficialmente: el vampirismo es teen y es guay. Crepúsculo en cine y Crónicas vampíricas en televisión han cosechado unos cuantos de estos premios, reveladores de lo que el público adolescente quiere. Romanticismo sangriento, palidez, erotismo neo-con y pectoralitos. No recuerdo yo que en mi adolescencia se diera un fenómeno semejante. No había tanta unanimidad. Stephenie Meyer y sus huestes han estado en el sitio bueno en el momento adecuado, han barrido para adentro y ahora, todo lo que huela a sangre y SMS suicida tiene todos los números para ser un éxito. Menos la serie española ad-hoc aquella, claro. Spain is different y, lo que quizá sea más importante, huele a ajo. Mal asunto para los draculines".