Un anticuario británico desempleado, Raymond Scott, fue condenado ayer a 8 años de cárcel por poseer y sacar del Reino Unido una valiosa primera edición de First Folio, una colección de las obras de Shakespeare de la que se conservan menos de 250 ejemplares originales. El juez dijo que Scott, quien vivía como un playboy y conducía un Ferrari pese a acumular enormes deudas, es "un fantasioso" y, "hasta cierto punto, tiene un trastorno de personalidad". El procesado, de 53 años, que no fue acusado del hurto del volumen -sustraído de la universidad inglesa de Durham en 1998-, fue descubierto al intentar ofrecérselo a la Folger Shakespeare Library, uno de los centros de investigación sobre el bardo más importantes del mundo.