las motivaciones son variadas, pero todos coinciden en un punto: el disfrute del trabajo manual que permite que un diseño en papel o fotolito termine formando parte de una prenda de vestir. Trabajan con pocos medios pero muy poderosos: imaginación, tela y un taller donde materializar todas esas formas y colores que bullen en sus cabezas.
La mayoría son jóvenes artistas que siguen adelante con sus proyectos individuales pero que deciden en un momento dado dedicar parte de su tiempo al diseño. Muchos, para sacarse unas pelas extras o como medio de expresión. Los menos, porque ven en el diseño y la confección una auténtica salida laboral.
un salto
De la galería al propio cuerpo
No es nuevo. Algunos creadores como Bigas Luna, Miquel Barceló, Sergio Piera o Neil Cutler han recurrido al diseño en más de una ocasión con fines solidarios. Algunas firmas, como la francesa Teachheart Gallery, exponen obra gráfica sobre algodones en lugar de hacerlo sobre el yeso de las paredes de una galería. La relación de estos trabajos con el que se realiza en los estudios es en ocasiones muy estrecha.
La artista japonesa Mari Ishiwata ha tenido la ocasión de exponer en Bilbao algunas de sus piezas únicas. Utiliza materiales familiares y representa con ellos algunas experiencias. No le gusta la moda. "Me resulta muy superficial. Prefiero hacer algo que conecte con el alma", opina. "Y creo que cualquier persona puede conectar con esta forma que he creado".
El taller de serigrafía de Bilbao Arte es un punto de encuentro de muchos de estos creadores en Bizkaia. Internet ahora mismo es la principal herramienta de difusión de sus trabajos. "Muchísima gente nos hace encargos a través de la web", explica Sara Campillo.
"Lo más cómodo es la venta en tiendas, aunque no siempre es posible y, además, en internet puedes hacer publicidad de manera gratuita".
"Si te van saliendo bien las cosas, te vas planteando hacer las cosas con un plan serio, más meditado, pero no es fácil. Inviertes dinero y lo que ganas lo utilizas en hacer más inversión", comenta Ibai León. "Hay mucho movimiento. La gente que dibuja ve que, en vez de hacerlo en papel, puede hacerlo en otros soportes como la ropa. Esto exige aguantar y seguir haciendo hasta que llegue el rendimiento", continúa este joven que se plantea el diseño como una futura salida laboral.
exclusivas
No más de veinte
Los jóvenes que estampan sus diseños artesanalmente no hacen más de veinte modelos iguales. Es el modo que tienen de conseguir la exclusividad. "Aunque hagamos varias con el mismo dibujo, nunca quedan iguales", recalca Campillo.
El ordenador es la herramienta de trabajo más utilizada, aunque los últimos retoques manuales suelen ser de alguna forma más que decisivos.
Internet no es sólo uno de los medios más empleados para dar a conocer los diseños, sino una herramienta que utilizan diversas empresas de impresión para convocar concursos como el conocido lolacamisetas.com, una tienda on line que promueve la participación de los propios internautas para elegir el diseño más atractivo.
Los límites entre la creación artística y el diseño no están muy claros. Las tendencias siempre condicionan el trabajo de estos ambiciosos creadores, provengan del campo del que provengan.
"En la década de los años 80, todo lo que hacía era en blanco y negro", recuerda el artista plástico Stornelli, que firma sus trabajos con el nombre de Aldea. "Ahora utilizo muchísimo más el color.
Inevitablemente, todos estampan en estos tejidos motivos que tienen que ver con su forma de entender el mundo o su personalidad. Desde los colores más llamativos hasta los más oscuros, desde los rostros de personajes famosos y muchas veces retratados como el de Bob Marley hasta los dibujos más abstractos creados con programas de ordenador.
No es nada fácil encontrarlos. Se encuentran en tiendas muy concretas y en páginas web a veces difíciles de localizar. Esa es su principal lucha diaria: darse a conocer y, por supuesto, crearse un nombre y hacerse un hueco en un mundillo cada día más competitivo y donde mantenerse en lo más alto y sorprender con cada nuevo trabajo no está tampoco al alcance de cualquiera.