SU música le convirtió en leyenda y su muerte en mito y por eso su adiós, lejos de condenarlo al olvido, supuso el resurgir artístico de un excéntrico Michael Jackson que llevaba años alejado de los escenarios.

El proclamado rey del pop falleció hace un año, el 25 de junio de 2009. Habían pasado 12 años desde su última gira, History Tour, y 8 desde su último concierto y el lanzamiento de su último disco, Invincible. Con el cambio de milenio, el cantante dejó de ser protagonista por su talento y empezó a llenar páginas de periódicos con sus extravagancias. Sus peculiares relaciones con niños, sus problemas en los tribunales por acusaciones de abusos de menores, las apariciones con sus hijos con la cabeza cubierta y su precaria situación financiera fueron los temas que lo hicieron noticia. Ya para 2009, la estrella de Jackson se apagaba y le empezaban a buscar heredero entre figuras como Justin Timberlake. Pero el creador de Thriller decidió que había llegado la hora de volver. Y en marzo anunció su retorno con una serie de actuaciones en julio de 2009 en Londres bautizadas This Is It, un título que sonaba a despedida y con el que Jackson quería resucitar su carrera.

Pronto se agotaron las entradas y se demostró que Jackson, más allá de arrastrar a su enorme masa de fans, seguía siendo un fenómeno planetario. Su repentina muerte por intoxicación aguda de medicamentos mientras preparaba en Los Ángeles su regreso artístico no haría más que encumbrar su legado. En los quince días que siguieron a su fallecimiento se comercializaron más de 2 millones de sus discos en EEUU. A finales de año esa cifra se elevó por encima de los 8 millones, lo que le convirtió en el artista que más álbumes vendió en el país en 2009 por delante de Taylor Swift o Lady Gaga. El difunto Jackson se convirtió nuevamente en una máquina de hacer dinero, después de años de gastos desmedidos.

Según datos de Billboard, desde junio de 2009 la marca del rey del pop ha ingresado cerca de 1.000 millones de dólares entre venta de discos, derechos de autor y otros contratos firmados por el fondo fiduciario que gestiona su patrimonio. Entre otros acuerdos, el suscrito con Sony Music Entertainment, que autorizó a la discográfica a desarrollar diez nuevos proyectos relacionados con Jackson durante los próximos 7 años, uno de ellos será un disco con temas inéditos que el artista había descartado en anteriores producciones. El álbum saldrá en noviembre con grandes expectativas de éxito en el mercado. Unos meses más tarde se celebrará la gala de los premios Grammy en la que Jackson podría estar presente gracias al álbum This Is It, que se realizó con las grabaciones de los ensayos de la gira londinense, de las que también surgió una película documental.

la familia La muerte de Michael Jackson hizo que una familia disfuncional, con un padre violento y unos hermanos despreocupados por la salud del rey del pop, se convirtiera en un clan aparentemente unido por la tragedia. Al frente se erigió la respetada figura de su madre, Katherine, de 80 años, a quien la Corte Superior de Los Ángeles otorgó, en agosto, la custodia de los tres hijos de Jackson, Prince, Michael y Paris, con los que vive en Encino (California). Sin necesidad de alzar su voz ni de ofrecer declaraciones incendiarias, Katherine Jackson se ha distinguido como el perfecto estandarte familiar, al que desde el primer momento, tras la muerte del artista, se quisieron adherir los demás miembros del clan. Miembros que han hecho todo tipo de apariciones y declaraciones, como Latoya, que sigue insistiendo en que Michael fue asesinado por dinero. "Valía mucho más muerto que vivo" y "fue asesinado por su catálogo de canciones", ha dicho estos días.

En cualquier caso, un año después, la matriarca, Katherine, volverá a dar la cara sin abrir la boca. Esta vez será en Gary (Indiana), donde nació Michael Jackson. Allí se organiza hoy un homenaje en su memoria al que se espera acudan cientos de personas.