La épica Enrique de Navarra, del alemán Jo Baier, presentada en el festival de cine de Edimburgo, rinde tributo al que se conocería como "el rey bueno" de Francia, Enrique IV, quien en el siglo XVI garantizó la libertad religiosa. La cinta, rodada en Alemania, Francia, España y la República Checa (donde, según el director, se hallan los mejores campos de batalla de Europa), narra la historia de este rey desde su niñez en Navarra hasta su ascendencia al trono francés. En una época de cruentos enfrentamientos entre católicos y protestantes, la reina consorte Catalina de Médicis, fiel a Roma, le hace venir a París para casarse con su hija Margarita, a fin de unir ambas sectas, si bien en realidad su plan es que la presencia de Enrique atraiga a sus correliginarios protestantes para poder masacrarlos.