Vitoria. Tenían el ritmo en los pies. Y el piano muy a mano. Los gasteiztarras han disfrutado estos días con una ascensión muy especial hasta la iglesia de San Miguel. Una ascensión en la que las melodías corrían -andaban- de su parte, en unos peldaños que conquistaba en blanquinegra instalación -Piano stairs- la escalinata. Especial significado tuvo la cita de ayer, que cerró la experiencia celebrando a la par el Día Europa de la Música. ¿Escala o escalera? Un pequeño juego del que disfrutaron los más pequeños, pero también cualquier persona dispuesta a dar un paso y asomarse a la música. Porque el ritmo no es patrimonio de nadie. Es patrimonio de todos.
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