Madrid. Con motivo de la celebración del centenario del escritor Gonzalo Torrente Ballester, el presidente de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, definió ayer en Salamanca al escritor como "el señor de las palabras", ya que, en su opinión, "le gustaba palparlas y silbarlas con sus labios".

Así lo señaló durante su intervención en la inauguración -donde se pudieron escuchar unas palabras del autor gallego- de la escultura en bronce, realizada por el artista Salvador Amaya, con la que la ciudad de Salamanca ha culminado los actos de homenaje a Gonzalo Torrente Ballester.

Tras hacer un recorrido por la vida y obra del autor de Los gozos y las sombras, así como de sus vivencias personales junto a él, García de la Concha dijo que en la boca del escritor gallego "las palabras se transfiguraban".

Asimismo, recordó que desde muy pronto Torrente Ballester "recurrió a los magnetófonos para grabar a diario cuanto se le ocurría y cuando afrontaba la creación de un texto cualquiera lo iba dictando" como si estos aparatos "fuera su interlocutor". "De modo -prosiguió- que terminaba en el caso de las novelas por oír entero el relato antes de pasarlo al papel y corregirlo".

Más homenajes El Centro Galego de Artes da Imaxe (CGAI) comienza hoy un ciclo dedicado a Gonzalo Torrente Ballester. Así, en la primera jornada se podrá ver a partir de las 20.30 horas el documental GTB x GTB, de Luis Felipe Torrente y Daniel Suberviola, al que seguirá el clásico del cine español Surcos, de José Antonio Nieves Conde.

El ciclo continuará el martes con la proyección de Rebeldía, también de Nieves Conde, que cuenta con Torrente Ballester como guionista, mientras que el miércoles se podrá ver El Rey Pasmado, de Imanol Uribe.

De esta manera, el CGAI busca recordar los vínculos del literato ferrolano con el cine. En este sentido, Ballester se prodigó como guionista entre los años 1948 y 1953, en una etapa marcada por su falangismo de intervención social, en donde trabaja en títulos como Llegada de noche o El cerco del diablo.

Álvaro Torrente, uno de los 11 hijos del autor y presidente de la fundación del escritor, se refirió a la figura de su padre como una "personalidad muy compleja del siglo XX", a quien definió como alguien con "muchas facetas" creadoras en su vida.

En este sentido, su hijo mostró la intención de que la celebración de este centenario "deje huella" y "tenga perdurabilidad", más allá los actos de 2010.