vitoria. Primero fue Schubert, luego Dorfman y luego Polansky. Ahora le toca a Eduard Costa poner la firma sobre La muerte y la doncella, una pieza que nació música, derivó teatro y se popularizó en la gran pantalla, y que ahora retorna a su segunda reencarnación, la de las tablas, con el Principal como hogar. Emilio Gutiérrez Caba, Luisa Martín y José Sáiz avalan con sus interpretaciones la pieza, que hoy toma el teatro vitoriano a partir de las 20.30 horas.

La muerte y la doncella es una pieza del maestro Schubert. La misma que un torturador utiliza, en el libreto del argentino Ariel Dorfman, como telón de fondo a sus agresiones. El leit motiv musical se torna en paisaje presivo para la popular pieza teatral, una disección de las secuelas de la dictadura que el realizador Roman Polansky llevó al celuloide con Sigourney Weaver, Ben Kingsley y Stuart Wilson en los papeles principales.

Una historia universal, que puede suceder -y sucede- en cualquier país que haya sufrido un regimen opresor, que ha sufrido en las carnes de sus ciudadanos la tortura y los abusos. Este retrato de los desmanes que acarrea el poder absoluto e irracional se vuelca en un texto emocionante que cautiva y hace partícipe al público de una cruda realidad, la del sufrimiento de una mujer que por sus ideas es vejada, torturada y anulada por completo.

Justicia y perdón son algunas cuestiones que planean por una pieza repleta de tensión, por la obra de teatro iberoamericano más representada en todo el mundo, siempre con un éxito clamoroso. Sus tres roles se reparten todo el peso escénico en esta nueva versión de Costa, que sube el telón de la inquietud y la rabia en Gasteiz.