barcelona. Un centenar de pinturas, dibujos, grabados, fotografías, documentos y objetos personales del pintor francés Gustave Courbet (1819-1877) se exhiben en el Museo Diocesano de Barcelona, en la primera gran exposición dedicada en España al considerado "padre del Realismo".
El comisario de la exposición y conservador del Museo Courbet, Jean-Jaques Fernier, ha expresado su extrañeza por "la prácticamente nula presencia de Courbet en las colecciones de los museos españoles, a excepción de dos cuadros de la colección de la baronesa Thyssen" en el museo madrileño del mismo nombre. La presente exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 5 de septiembre, ha sido posible, ha explicado Fernier, por el cierre temporal del museo del pintor en Francia, en el que se llevan a cabo obras de remodelación.
INFLUENCIAS Se trata, ha dicho Fernier, de "la primera gran retrospectiva dedicada a Courbet en España, con el único precedente de una pequeña exposición que se organizó el pasado año en Valencia, en la que sólo había dibujos". El olvido de los museos y coleccionistas españoles contrasta, según el comisario, "con la admiración que el pintor siempre sintió por el arte local, en particular por Velázquez y Murillo".
El recorrido expositivo resalta precisamente la relación de Courbet con España, su admiración por Diego Velázquez, su influencia artística en el gran pintor realista catalán Ramón Martí Alsina, y la influencia de sus ideas en personalidades como Joan Miró o Pablo Picasso. En el catálogo de la muestra, Maya Picasso evoca las visitas que mensualmente hacía con su padre para ver la colección de éste, y que entre todos los cuadros el de Courbet era su preferido, una cabeza de un rebeco pintada en 1875 que hoy se exhibe en el Museo Picasso de París. Picasso y Miró fueron miembros de la Agrupación Courbet, fundada en el seno del Círculo Artístico de Sant Lluc de Barcelona.
Entre las piezas expuestas destaca Le Château de Chillon, un lienzo en el que Courbet se identifica con el famoso preso de Chillon, Lord Byron, pues el escritor romántico vivió exiliado en una casa muy cerca de ese castillo suizo. De hecho, recuerda el comisario, "nunca quiso vender esta obra, que conservó y que su hermana ofreció a su ciudad natal de Ornans".
La relación con la pintura estatal queda patente en su cuadro Portrait d"homme d"après Velázquez. Según Jean-Jacques Fernier, Courbet presumía de haber copiado ese retrato durante una estancia en Múnich, pero "sería, más bien, la representación caracterizada del mariscal del palacio que aparece en la escalera, al fondo de la escena famosa de Las Meninas de Velázquez. Del mismo modo, el interés por estos pintores llevó a Courbet a "interesarse por la belleza femenina". >DNA