El pintor Eduardo Arroyo, uno de los artífices de la nueva figuración en España, denunció ayer el silencio "casi clandestino" y la condición "tan denostada" que envuelve al boxeo, una de su pasiones más queridas y un deporte que reivindica en una exposición en Valladolid. Ni los medios informativos ni las instancias públicas han restituido a la sociedad y a los aficionados lo que Arroyo considera "un deporte magnífico para la juventud", una "bellísima manera" de ejercitarse y una de las pocas disciplinas donde pervive la relación entre maestro y alumno. La muestra Boxeo y Literatura, promovida por el Ayuntamiento de Valladolid junto al Museo de la Ilustración de Valencia, exhibe un centenar de piezas donde, en torno al arte del pugilismo, confluyen dibujos a lápiz y óleos de Arroyo (Madrid, 1973), pero también litografías, carteles, libros, manuscritos y artículos con otras firmas pero pertenecientes a la colección personal del artista.
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