Fue a finales de los años 60. Un excéntrico inventor de nombre Carctacus Potts convertía un coche de carreras en un vehículo todoterreno, en un bólido con vocación aérea que, al accionar su llave, sin saber por qué, conminaba a todo el mundo a cantar. Detrás de la historia original, nada menos que Ian Fleming. Sí, sí, ¡el de 007! Ana Isabel Bravo se subió a aquel Chitty Chitty Bang Bang de celuloide en su versión escénica. Fue en Londres. "Es una gozada", recuerda. Lo que no sabía por entonces es que aquella butaca vestía un tapizado premonitorio. Que ella, tiempo después, iba a estar a los mandos de Txiki Txiki Big Band.
El nombre, además de divertido, lo resume todo a la perfección. Se trata de txikis que se hacen grandes en su mutua compañía. De una suerte de Araba Txiki Band que surge de ese incesante foco de actividades que recibe el nombre de Gasteiz Big Band. Si los clubes de fútbol parten desde la semilla de la base, ¿por qué no hacer lo propio con el universo de las big bands? Además, no es nada extraño teniendo en cuenta que el Big Band Festival camina hacia su séptima edición.
El albergue de Barria ejerce este fin de semana de pentagrama. Hasta allí se acercarán más de medio centenar de notas en busca de un destino común. En busca de una música común. Las notas se mueven entre los 9 y los 21 años, aunque en su mayoría pertenecen a la franja de edad que va hasta los 12. Las notas son los niños y jóvenes que nutren las Escuelas de Música de Dulantzi, Amurrio y Labastida, acompañadas por algunos alumnos del conservatorio Jesús Guridi. "Siempre estamos buscando iniciativas en torno a la Gasteiz Big Band", explica Ana Isabel. Y así surgió el proyecto de unir a todos estos precoces músicos en torno a un repertorio moderno. Unirlos en torno al objetivo de formar parte del cartel del Big Band Festival, de la cita estival con este modelo de formación donde se premia, más que nunca, la vocación de mosquetero. El todos para uno.
Los primeros pasos de este Txiki Txiki sin afán eurovisivo se dieron con el comienzo de curso. Todavía planeaba por el ambiente la muerte del icono del pop, con sus eternizadas y mediáticas exequias, así que no es extraño que surgiera la idea de rendirle un particular homenaje. Jimmy Bidaurreta, director de la Gasteiz Big Band, preparó una base electrónica para el tema y todo cuadró para que el cierre del repertorio corriera a cargo del mítico Thriller de Michael Jackson. ¿Quién puede olvidar aquel mítico vídeo musical de John Landis? Pues también tendrá su particular reflejo sobre el capó de Txiki Txiki Big Band, ya que Traspasos pondrá su particular visión de baile a algunos de los temas del repertorio de la banda.
Beyond the sea, de Michael Buble, I feel good, de James Brown; la música de los Teleñecos o la versión de un blues de Niko Etxart componen la heterogénea banda sonora que desarrollarán este fin de semana los integrantes de este nuevo proyecto. Como en toda big band que se precie, mandarán los metales -trompeta, trombón, ¡18 saxos!...-, pero también habrá espacio para percusión, teclados y batería. O para otro instrumento de viento, el oboe -habrá tres-, "que no es nada típico de una big band", apunta Bravo.
"Los grupos aún no se conocen", continúa la profesora y saxofonista, que prevé un fin de semana movido, en todos los ámbitos. "Lo importante es que se interrelacionen, que vean que el mundo musical puede estar muy cerca de ellos; en breve se van a ver en el cartel". Por ahí pasan casi todos los instintos derivados de lo musical. "Creo que tenemos que formar cada vez más colectivos".
Ana Isabel confiesa que le encantaría. Sería un sueño que este proyecto fuera más allá de este año y se convirtiera en una formación concreta, que cada año actuará en el Big Band Festival, que cada año se alimentara de nuevos músicos en ciernes. En Barcelona ya funciona un grupo de estas características. En Málaga también se ha gestado una orquesta de jazz y swing. "Por ahora es una iniciativa, pero ojalá se quede como un proyecto estable", confía Ana Isabel.
Entre mañana y el domingo, la Txiki Txiki Big Band -un oxímoron en toda regla- comenzará a afinarse con la ayuda de Ana Isabel, de otros profesores -sobre todo de metales, claro-, de miembros de la Gasteiz Big Band... Tras varios meses preparando los temas por separado, los más de cincuenta pequeños y jóvenes descubrirán, de repente, la conexión de sus instrumentos. Y viajarán ya en común hasta el próximo 19 de junio, cuando juntos se subirán al escenario del Big Band Festival. Pequeños grandes músicos en un vehículo que augura fantásticos vuelos.