vitoria. La propia naturaleza de un libro de artista limita su difusión. Adquiridos por coleccionistas, suelen pasar a formar parte de baldas privadas. Cuando uno de los de Teo Sabando se abre, sus páginas extienden a su alrededor, como un universo, pensamientos que tienden puentes formando su peculiar universo. Lo dice en una sala de Artium, rodeado de grandes fotografías y objetos: "No hay una sola casa particular que pueda asumir una obra de estas dimensiones".
Por eso, tras adquirir el museo dos de sus libros de artista, el creador navarro acaba de ceder consigo las series de piezas que les acompañan. El jardín del mismo día (24 piezas, dibujos y fotografías de gran tamaño) y Las estaciones (14 obras) ya forman parte de la colección del museo. "¿Libros? ¿Cajas? Ya no sé cómo llamarlos. La ocasión era muy propicia para una donación que, además, hago con mucho gusto".
Gusto por la relación de amistad de Sabando con el director del centro, Dani Castillejo, que recuerda que en su época como estudiante, en Bilbao, Teo y su hermano Félix ya eran referentes del nuevo lenguaje conceptual contemporáneo, pioneros cultivadores de la acción, la performance y la instalación.
Artium rompe de esta manera la losa privada que suele pesar sobre los libros de artista y los muestra. Y, dentro de su ciclo Praxis, propone incluso una nueva forma de leerlos... Los lee con su propio autor. Porque Sabando ejercerá de cicerone por su universo de color y forma en diversas sesiones con el público. Sesiones que serán grabadas en vídeo y, de este modo, se perpetuarán en el tiempo, negando lo efímero del encuentro y la performance.
Enigmas, relaciones, juegos cromáticos... Son algunas de las piezas que construyen estas singulares ediciones, estas muñecas rusas que hablan, como explica el conservador de la colección permanente, Enrique Martínez Goikoetxea, sobre "naturaleza y tiempo", repletos de "alegorías" compuestas por dibujos, fotografías y textos.
El trabajo de Teo Sabando busca el territorio de lo trascendental desde el detalle, levanta arquitecturas desde el pensamiento y la imaginación, evoca a través de lo que compone. "Tiene lenguaje poético y una extraña sensibilidad, la capacidad de entrar en las rendijas, en los resquicios de lo que se da en llamar arte contemporáneo", explica Castillejo. "Nunca sabemos cómo exponer los libros de artista, y ahora hemos inventado una manera".
Los libros se irán abriendo ante quienes se acerquen hasta el museo de la calle Francia, y el proyecto se irá completando de forma paulatina con la incorporación en la muestra de otro de sus libros a medida que, semana a semana, el autor los vaya comentando.
Paralelamente, los ya visitados estarán accesibles al público a través de un monitor que aportará otros datos sobre el autor y su obra. En una vitrina, se presentarán, además, varios objetos que forman parte del proceso creativo del artista. Se trata de papeles, anotaciones y cuadernos de notas que, junto a bocetos y poemas, comparten con cantos rodados, minerales, conchas de moluscos y espinos, un mismo orden lógico. La naturaleza, en manos de Teo Sabando, se transforma en un soplo vital que se traslada al arte a través de una exquisita y elaborada ejecución técnica.
Trascendiendo los espacios expositivos, buscando nuevas maneras de mostrar, Artium da una vuelta de tuerca al concepto del libro de artista. Teo Sabando acepta el reto mientras prepara el siguiente, que verá la luz en mayo.