madrid. El tándem cinematográfico formado por Dunia Ayaso y Félix Sabroso ha erradicado una de sus señas de identidad, el humor, en La isla interior, un filme "habitado" por Alberto San Juan, Candela Peña, Cristina Marcos y Geraldine Chaplin y en el que se analizan las cargas físicas y emocionales de la familia.
Para esta película, que se estrenará el viernes y competirá por la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, los realizadores canarios han viajado a su tierra para plasmar "el lastre que supone la herencia de lo familiar y lo difícil que es con ello hacer el dibujo de nuestras propias vidas", según Sabroso. Presentada ayer en Madrid tras su victoria en el Festival de Nantes, La isla interior muestra a San Juan, Peña y Marcos como Martín, Coral y Gracia, tres hermanos que afrontan la muerte de un padre esquizofrénico, interpretado por Celso Bugallo. "Empiezas con el miedo a la herencia de una enfermedad, pero pronto te das cuenta de que la madre (interpretada por Chaplin) tiene un peso muy específico en sus vidas", pues ha generado un patrón emocional de consecuencias catastróficas, explicó Ayaso.
En ese archipiélago de personajes, las comunicaciones entre una y otra isla son más que complicadas. Y, al ser islas interiores, ni siquiera tienen el efecto regulador del mar. "Los ensayos fueron como una terapia de grupo. Nos íbamos a casa hechos polvo", apuntó la directora. Y así, después de títulos como Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí, decidieron abordar el drama a bocajarro, con personajes al límite y con un plantel de actores a la altura de las circunstancias, en el que también figura Antonio de la Torre.
Alberto San Juan asume un personaje con la inteligencia emocional castrada. "Alguien no comprueba que está vivo hasta que no se encuentra con el otro", reflexionó acerca de un papel para el que "ya tenía la materia prima. La familia y la incomunicación son temas que todos hemos vivido". Según Marcos, "las familias no son un nido de amistad. Son junglas que a veces están tranquilas y a veces no", dijo. Y la última hermana, Candela Peña remachó diciendo que "la infancia determina una vida. Hay gente que cura las heridas y gente que no".
El matriarcado ejercido por Geraldine Chaplin - "la película parece La casa de Gerarda Alba, bromeó Sabroso- ha sido, sin embargo, "una de las mejores experiencias" para la actriz, quien aseguró que para hacer la película tuvieron que "sacar todos los esqueletos del armario".