Madrid. A simple vista no parece el ingenioso e intrépido aventurero que derrotó a las temibles fuerzas del mal de otras galaxias. Harrison Ford, que ya no se ve interpretando a más héroes, habla pausado y reflexiona las respuestas. Unas clásicas gafas redondas de montura plateada le dan cierto aire de profesor anónimo. Tan sólo un detalle de irreverencia: un pequeño arete plateado cuelga de su oreja izquierda. Y aunque emocionó a varias generaciones con Indiana Jones y La guerra de las galaxias, el actor nacido en Chicago hace casi 68 años asegura en Madrid que es probable que ya no encarne a muchos más protagonistas, pues en su búsqueda de papeles interesantes se decanta por personajes secundarios. "Es evidente que la audiencia quiere ver a personas de su misma generación y está claro que yo ya no tengo 35 años", dijo en Madrid al presentar Medidas extraordinarias, una cinta de Tom Vaughan en la que se mete en la piel de un científico brillante y malhumorado que se deja conmover por una niña que padece la enfermedad de Pompe. "Mi mayor ambición ha sido madurar y encontrar oportunidades en el cine y papeles interesantes. Realmente no me interesa el mensaje, lo que me interesa es formar parte de una película de la que me sienta orgulloso".

Medidas extraordinarias, que se estrenará entre nosotros el 12 de marzo, es una pequeña historia que seguramente no hubiese conseguido financiación si no fuese porque el nombre de Harrison Ford figura en el reparto. Y para reforzar su apuesta, se ha involucrado como productor, es decir, que aporta parte del dinero. Al repasar su carrera, Ford comenta que el éxito en Indiana Jones y La guerra de las galaxias no fue suficiente para que se le invitara a formar partes de películas más "serias". "No quiero parecer sensible, pero la gente básicamente se preguntaba: ¿Puede actuar?", relata al contar que fue Único testigo la película que realmente le abrió las puertas. Su papel de policía en una comunidad amish le brindó su única candidatura al Oscar. De hecho, es una estrella de Hollywood que no ha recibido nunca una estatuilla y no añora trabajar con ningún director en concreto: "De cada director me importa el talento que tenga, pero si yo no siento que soy el idóneo para ese papel no voy a sentir la más mínima tentación de involucrarme en su proyecto", afirma. Respecto a dirigir, asegura que le parece "el trabajo más difícil que hay y yo ya tengo el mejor trabajo del mundo". Ser actor me gusta, siempre me plantea un nuevo reto, aprendo cosas de las personas que conozco, me da vigor, me revitaliza: amo poder hacer lo que hago, me encanta, y dirigir, además de llevar mucho mas tiempo, no está tan bien pagado", bromea.

Con la sabiduría que le dan los años (y que curiosamente no le dan arrugas), así como con la comodidad financiera que le ha reportado su gancho en taquilla, Ford asegura que no tiene héroes, que se limita a admirar a las personas por su trabajo. "Lo que es admirable es llevar esa ambición a un trabajo bien hecho, sea el que sea, y creo que esa noción de los héroes es una obsesión cultural". Tal vez no posea el aspecto de tener madera de héroe, pero habla con la sencillez de los hombres valientes. Y aunque afirma que no sabe interpretar a un héroe, que se limita a dar vida a un personaje en unas circunstancias determinadas, Harrison Ford ya se ha comprometido para la quinta entrega de Indiana Jones.