Roma. El festival de la canción más importante de Italia terminó como el rosario de la aurora debido al segundo puesto que consiguió Manuel Filiberto de Saboya, nieto del último rey de la península transalpina. Sin oficio conocido, el play boy tiene tras de sí una existencia en la que el escándalo le ha seguido de manera casi constante. En 2003, se armó revuelo porque se casó con la francesa Clotilde Courau cuando ésta estaba en avanzado estado de gestación.

Manuel Filiberto se presentó al concurso formando parte de un trío junto al veterano cantante Pupo y el tenor Luca Canonici. El tema que interpretaron se titula Italia amor mío y se colocó segundo gracias a un complejo sistema de voto en el que se privilegiaba la elección de los espectadores desde casa.

"San Remo se rebela al príncipe en la final", destacaba ayer en portada el diario La Repubblica, resumiendo el clima en el que terminó anoche el Festival. Y es que al conocer el resultado, el público del teatro Ariston acogió con pitos y abucheos la medalla de plata del príncipe sin trono. La rebeldía no acabó ahí sino que la orquesta también se quejó y arrojó las partituras al escenario.

Mientras tanto, la presentadora Antonella Clerici intentaba calmar los ánimos explicando que estas eran las reglas del concurso, gustasen o no. Y es que a los puristas del Festival de San Remo, orgullo de la tradición del espectáculo y la canción nacional, que gane el heredero de los Saboya, un más que discreto cantante no ha sentado muy bien.

Tampoco se ha apreciado que Manuel Filiberto interpretase una canción que elogiaba la tradición y la cultura italiana, cuando el príncipe nacido en Francia, pisó territorio italiano por primera vez en 2002, después de que el Parlamento italiano derogara la disposición que desde 1946 prohibía a los varones de esta Casa real regresar al país.

La canción de Manuel Filiberto de Saboya convertido ahora en hombre del espectáculo, como demuestra su última participación en la versión italiana del concurso "Mira quién baila", fue eliminada en el primer día del concurso, pero después tras la repesca consiguió subirse al segundo escalón del podio. "Quienes protestan son pocos, son muchos más los que han enviado sus sms", sentenció el heredero de los Saboya.

La 60 edición de San Remo, una de la más vistas, con una audiencia récord de 11 millones de personas en la final de anoche, la ganó Valerio Scanu, un cantante de 19 años que había saltado a la fama en el programa Amici (Amigos), uno de los programas para descubrir los talentos italianos.

En el tercer puesto se colocó Marco Mengoni, ganador de la última edición del concurso televisivo "X Factor", mientras que se llevó el premio en el concurso dedicado a las jóvenes promesas Tony Maiello, también salido de este exitoso programa de cazatalentos.

Ganan, subrayaron ayer todos los medios de comunicación, los triunfitos, aquellos jóvenes cantantes conocidos al gran público por su participación en concursos televisivos.

Como en las últimas ediciones, los más apreciados por los expertos como Irene Grandi, Simone Cristichi o Malika Ayane, se han quedado fuera del podio.