Madrid. La 29 edición de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO cerró ayer sus puertas con un balance positivo, más ventas que el pasado año y un número de visitantes que ronda las 150.000 personas. En un pequeño balance, el director general de IFEMA, Luis Eduardo Cortés, informó de que tras los contactos mantenidos con la mayoría de los galeristas, "el resultado es positivo desde el punto de vista comercial. No solo se han cumplido, sino que se han superado las expectativas de ventas". Cortés quiso destacar también la fidelidad y la buena reacción de los coleccionistas estatales "que han funcionado. Ha habido adquisición por parte de los inversores nacionales. Es uno de los datos más positivos". Aunque por el momento no existen cifras concretas de ventas, y quizá no los haya porque es algo que depende de si los galeristas los quieren dar, "las opiniones, en general, son que las ventas han estado por encima de lo previsto".

NOVEDADES Cortes también consideró positivo el diseño de los espacios en los pabellones 6, 8 y 10 de IFEMA "que es parecido al del año pasado pero con más metros, lo que es mejor para dar una mayor comodidad y poder contemplar las obras con más perspectiva". En este punto, sin embargo, no coincidieron muchos de los galeristas, que creyeron que eran excesivos los espacios de separación y que señalaron que no se puede valorar una feria por los metros cuadrados que ocupa.

No obstante, Cortés y la directora de ARCO, Lourdes Fernández, señalaron que, ya desde hoy, se pondrán a trabajar en la próxima edición de la feria en la que se repensarán muchos aspectos, como una mayor atención a los países latinoamericanos así como al arte más emergente.

Asimismo, en esta redefinición, el número de galerías participantes será otro de los puntos a tratar ya que los galeristas son partidarios de disminuir aun más la cifra. "Ya se ha reducido el número respecto al del pasado año, pero como todo es un aspecto a tratar" señaló Cortés, para quien el precio del metro cuadrado es menos discutible. "Ifema es una institución que no recibe subvenciones y funciona con los recursos que genera. Los ingresos de esta feria se reutilizan en la propia feria. Para que ARCO funcione hay que tener ingresos sino sería imposible hacerla. Si reducimos los ingresos habría que reducir ventajas de la feria y esto repercutiría en su calidad".

A pesar de todo, el balance positivo planteado por Cortés coincide con el de los galeristas que, en general, creen que en la feria se ha vendido más pero de forma desigual.