Madrid. La revista Vanity Fair publica, en su edición de marzo, un amplio reportaje sobre los Príncipes de Asturias en el que afirma que fuentes de la Casa Real reconocen que Don Felipe está ya preparado para suceder al Rey y convertirse en Felipe VI. Además, señalan que Doña Letizia tendrá un papel fundamental en esta tarea gracias a su cercanía con la ciudadanía. Sin embargo, más que por lo que dicen los príncipes, se está organizando un gran revuelo mediático por lo que parece una exclusiva como una catedral, aunque no se haya pagado por conseguirla. La publicación no dice claramente que haya entrevistado a Doña Letizia y se limita a explicar que durante dos meses siguieron a los Príncipes para conocer de cerca su labor diaria. "Da igual que consigas mantener discretos contactos con algún miembro de la Familia Real. Sus declaraciones, a veces obligadas medias palabras, no se pueden entrecomillar. Si para este reportaje entrevistamos a Felipe y Letizia no lo podemos contar", reconoce la revista.
A lo largo del reportaje se suceden las opiniones de diferentes personas muy cercanas a la Casa Real y algún amigo íntimo de los Príncipes. El periodista Luis María Ansón señala que Don Felipe es un hombre "más serio" que su padre y que estudia todos los temas "a fondo" y apunta que, a su juicio, no habrá ningún problema con la sucesión porque también cuenta con "un gran apoyo popular". Para la Zarzuela, la clave para que no haya problemas en el relevo se resume en "trabajo, trabajo y trabajo". Para ello, defienden que a la actividad pública se le suma "una intensa labor interna que no se ve". "No paran", aseguran en la Casa Real.
El reportaje repasa la trayectoria de Don Felipe y recuerda cuando pasó los dos últimos años de su formación en Georgetown junto a su primo el príncipe Pablo de Grecia. "Allí fue totalmente libre", recuerda su primo, antes de explicar que Felipe "siempre ha crecido con la idea de que tenía que dar lo máximo de sí mismo por su patria". La Secretaría del Príncipe cuenta ahora mismo con once funcionarios y cuatro ayudantes militares que se ocupan de todas las tareas de la pareja.
El becario Cuando Don Felipe regresó de Estados Unidos en 1995 se decidió que se convirtiera "en una herramienta más al servicio de la Casa". "Era el becario del monarca, dijéramos", pone como ejemplo un portavoz de Zarzuela antes de recordar el importante papel que ha adquirido en Latinoamérica. "Ha trenzado un nivel de comunicación y de diálogo con la clase dirigente latinoamericana que resulta muy útil. Es un papel importante de relaciones en un área que es la pata fundamental de la política exterior española", resumen. En la Casa Real reconocen que ningún asunto le es ajeno al Príncipe, pero recuerdan que la Reina fue la única que en 2008 habló en público sobre la opción de una abdicación. "Ni el Rey está cansado ni el Príncipe impaciente", dijo Doña Sofía.
En los últimos tiempos, las críticas a la Casa Real se centran en la opacidad de sus cuentas, algo que rechazan desde Zarzuela. "A una persona cuya única obligación es acudir a actos de este tipo y dar la mano, ¿podemos pagarle 9 millones de euros?", se pregunta el senador del PNV Iñaki Anasagasti. Desde la Casa Real defienden que "sólo son 87 céntimos por contribuyente". Según afirman en la Casa Real, la privacidad de las cuentas está establecida en la Constitución. "El Rey informaría de cómo utiliza el dinero público, pero es algo que no le pide la Constitución. Si informase, estaría violando la ley, de la cual es garante", sostienen.