Amiga de "escarbar en la superficie de lo cotidiano" para sacar a la luz aspectos secretos e incomprensibles, la escritora Paula Izquierdo reflexiona sobre la destrucción del yo y la pérdida de identidad en su nueva novela, El nombre no importa, una obra inquietante sobre la fragilidad de la mente. "En esta novela me interesaba saber hasta qué punto alguien es capaz de sacrificarse por otra persona con la que le une una relación de amistad", decía ayer Izquierdo. Su nueva obra sumergirá al lector en una posible trama policiaca en la que no faltan la corrupción, las drogas, el tráfico de niños y una serie de personajes masculinos, casi todos maltratadores.
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