La cantante Corinne Bailey Rae estaba decidida a exponerse más en su segundo álbum, The sea, cuando la inesperada muerte de su marido interrumpió la grabación de este disco y aceleró su proceso de madurez, permitiéndole "crear vínculos emocionales con la música a partir de la experiencia personal". Siempre había buscado en la composición un canalizador de emociones y el fallecimiento de su marido, el saxofonista Jason Rae a principios de 2008, cuando ella contaba 29 años de edad, irrumpió de forma abrupta en la creación de su nuevo disco, que editó a finales de enero. En The sea (Emi) la cantante ha encontrado la mesura en medio del caos emocional, alejándose del mero ejercicio de estilo para desarrollar una personalidad propia y así "expresar sentimintos con total claridad", explicó ayer en Madrid.