MADRID. "El trabajo más duro del escritor es saber qué puede ser literatura, ya sea una conversación literaria o un libro de Chéjov", afirmó hoy Unai Elorriaga, autor de la novela 'Londres es de cartón' (Alfaguara), un libro que narra la desaparición de una mujer y la repercusión que tiene esto en su familia, con el telón constante de la dictadura, la memoria y el estado de alerta en el que viven las personas que lo han sufrido.

Se trata de una historia en la que el autor parte de un sistema totalitario para explicar cómo unos personajes buscan pistas imprecisas acerca de una desaparición, para demostrar que es un problema que aún no se ha superado del todo. "Para mí es necesario hablar sobre la dictadura y, aunque no lo viví, hay una herencia social, lingüística y religiosa que viene de la dictadura, y lo que soy se lo debo a ella", explicó en declaraciones a Europa Press.

Por ello, Elorriaga decidió documentarse, hablar con amigos y conocidos y con gente que había vivido la dictadura española, pero también otras, como la chilena. "La obra intenta descifrar de qué mente surge una manera de controlar la sociedad, en la manera en que lo hacen los estados totalitarios, cómo funciona la mente de Hitler o de Stalin, cómo surge y por qué quiere tener control sobre los otros seres humanos", dijo.

Sin embargo, el autor también pone el acento en cómo se sufre desde abajo, es decir, la pérdida de las personas queridas y las desapariciones, que son más duras que los propios fallecimientos, ya que "no se sabe dónde está enterrado, si es que está muerto, no se sabe si su dignidad ha sido menoscabada, o si ha sufrido", explicó.

Elorriaga lamentó que hoy siga habiendo dictaduras, en Africa por ejemplo, por lo que considera que si uno siente la necesidad intelectual de hablar de ello "ha de hacerlo". "Hasta hace poco tiempo tenía la sensación de que la literatura era como un juego, una diversión con el intelecto que no va a ningún sitio, pero te das cuenta de que si no hubiese leído ciertos libros sería otra persona diferente a la que soy", indicó.

En este sentido, manifestó que "los libros quizás sirvan para amoldar el cerebro de las personas, y la gente que viene por detrás podrá darse cuenta de que la dictadura es un peligro que aún ronda porque, aunque no se vea, en muchos casos el poder económico también es un poder dictatorial".

Como inspiración para la novela, Elorriaga se ha fijado en ambientes cotidianos, en historias personales, pero también en sistemas de control que ha aplicado al mundo totalitario que refleja en su libro. Así, se sirvió de la lobotomía transorbital, que se aplica a los presos para que no sean capaces de rebelarse contra el poder y señaló que, aunque quizás no se ha dado en una dictadura, sí en ciertos psiquiátricos, porque llega un punto en que los enfermos eran "incontrolables". "Es una dictadura médica, que ha pasado en hospitales", señaló.

La dictadura, aunque sirve de soporte y tema central en esta obra, no es el único tema que recoge Elorriaga en su libro. La relación entre hermanos y el sentimiento complejo, la familia, la amistad, la tradición o la cobardía son también importantes. "El protagonista espera y no sabe bien por qué, no sabe si espera con odio o con amor a una hermana que desapareció cuando él era muy pequeño, que le dejó un vacío", dijo.

ESTILO MÁS SECO Y OSCURO

Con este libro, Elorriaga pretende cambiar de estilo con respecto a sus libros anteriores, que describió como "juguetones y espectaculares". "Aquí quería crear algo más seco y directo, un tema mucho más oscuro, y cambiar totalmente de estilo, lo que, por otro lado, conlleva un riesgo, ya que se despista a los lectores", señaló, aunque matizó que "el arte tiene que despistar y sorprender, porque si haces lo mismo no consigues el objetivo".

Asimismo, indicó que no le gusta describir por medio de una voz omnisciente y narradora, sino por lo que él dice de sí mismo, y lo que dicen los demás de él, que siempre está distorsionado. "Es interesante porque el conocimiento que tenemos de las personas es sesgado, aunque dos personas pasen toda la vida juntos", señaló.

Elorriaga comenzó a escribir motivado por los cuentos que creaba su hermano, a quien trato de imitar para poder llegar a hacer lo mismo, ya que, para él, "era el mejor escritor del mundo". Además, confiesa que le gusta más describir ambientes que sitios, porque hoy en día con la televisión e Internet "no es necesaria" la descripción física y exhaustiva de los lugares físicos.