barcelona. Con más de cinco millones de ejemplares vendidos, el islandés Arnaldur Indridason considera que los crímenes de la novela negra nórdica han de tener un plus de verosimilitud, pues "el lector no traga cualquier cosa" y ha avanzado que la bancarrota islandesa estará en el eje argumental de su próxima obra.
Cuando Indridason publicó su primera novela, Synir duftsins en 1997, el género negro no tenía público en Islandia, una circunstancia que el autor explica: "Los escritores islandeses menospreciaban el noir por considerarlo un género inferior. Y en un país con poca criminalidad tampoco resultaba muy creíble".
Indridason es el padre de Erlendur Sveinsson, el protagonista de diez de sus historias, que ya forma parte del elenco internacional de los mejores personajes del género y que acaba de desembarcar en España con la última entrega, La voz (RBA).
Se confiesa heredero de la "novela social" de los pioneros del género en los países nórdicos, la pareja formada por los suecos Sjowall y Wahloo, los autores que más le han inspirado en su escritura, de los cuales le atraían "la banalidad del oficio de policía, que no era un héroe, sino un empleado normal, y su social-realismo, pues situaban las tramas en una sociedad determinada explicada en las novelas de manera verosímil".
La familia, que Indridason entiende como "el motor de la sociedad", aparece de manera transversal en su obra y dentro de esa corriente social, el autor hace hincapié en denunciar los malos tratos. En su anterior novela, La mujer de verde, se centró precisamente en los malos tratos en el hogar, porque le parece "uno de los peores crímenes que existen, y ese tipo de criminalidad existe en Islandia y en los últimos 20 años han aflorado más casos".
No oculta que tenía ganas de participar en el debate sobre esta lacra, porque son "crímenes difíciles de tratar y que a menudo quedan ocultos, escondidos, y por eso difíciles de investigar".
El protagonista de La voz, Erlendur Sveinsson, es un buen detective pero es un desastre en sus relaciones familiares: "Dentro de él existen contradicciones, ya que es capaz de ser compasivo con las víctimas y luchar para que tengan respuestas, pero en su vida privada abandona a su familia y no está capacitado para relacioarse con ellos de manera normal".
La reciente bancarrota desatada por la crisis bancaria islandesa ha propiciado, asegura Indridason, que hayan aflorado novelas negras que tratan este tema y "saldrán más, porque se ha creado un clima propicio para la novela negra", subraya.
Su última novela publicada en Islandia tiene lugar precisamente, adelanta Indridason, "en el inicio de esa burbuja, y habla, sobre todo, de la avaricia y de sus consecuencias".
Para el escritor islandés, "los personajes son más importantes que las tramas" y quizá por eso asevera: "Me da igual que el lector descubra en la página 25 quién es el asesino".