Es cierto que Helldorado tiene unas dimensiones reducidas pero, ¿esto de dos actuaciones el mismo día es un capricho, un lujo o una necesidad?

Cuando montamos la gira hacia el verano tuvimos mucho cuidado con todos los detalles. Ya somos perros viejos y no queríamos caer en los mismos fallos de otras veces. Pero no nos dimos cuenta de que mucha gente de fuera de Gasteiz querría venir al último bolo de la gira. Al saber la que se estaba preparando, no podíamos quedarnos con los brazos cruzados y que el público de aquí se quedase sin el disco o que los de fuera, después de haberse pegado la paliza de venir desde Madrid, Lleida o Bilbo, se encontrasen con el cartelito de "entradas agotadas". Ha sido una reacción rápida viendo cómo pintaba la cosa. A 20 días del bolo y a toda hostia. Pero la gente de Helldorado, Wilma Producciones y nosotros nos hemos movido para que todo el mundo esté enterado de cómo va la historia y para que esta noche no se quede nadie sin su Una bala.

Lo que será es una paliza física.

Pues sí. Palizón. Tienes que tener en cuenta que te vas a tirar unas 12 horas en Helldorado. Ya no son sólo los dos pases. Tienes que montar, desmontar, las pruebas de sonido, cambiar los cacharros para Los Kebraos (la banda telonera)... Pero hay ganas porque es algo que no habíamos hecho nunca. Va a ser como en el teatro o en el cine. La única diferencia es que van a estar los mismos actores pero vamos a hacer dos obras distintas y con sorpresas.

A Helldorado un 26 de diciembre. No es la primera vez en la misma fecha. ¿Casualidades de la vida?

Totalmente premeditado. Ya va a ser la cuarta o quinta vez que tocamos en Navidad allí. Al final se ha convertido en una tradición Navidad-Segis-Helldo. El año pasado, que estábamos parados preparando el nuevo álbum, todo el mundo venía a preguntar qué día tocábamos allí. Casi caemos en la tentación de ir a tocar unas versiones.

Será la primera vez que el público de casa pueda escuchar las canciones de un último disco que, en realidad, sólo tiene tres meses de vida. ¿Satisfechos de la respuesta? ¿Cómo han ido los 25 conciertos de estos meses?

Lo que empezó como una locura para algunos se ha convertido en la gira y en el disco más importante y gratificante para la banda. ¿La gente? Pues imagina. Vas a ver a un grupo y te vas para casa escuchando en el coche su disco nuevo sin soltar un pavo. Para la gente han sido tres meses a tope por todo el Estado y hemos repartido 12.000 balas. Para el segundo concierto, el público ya se sabía las canciones nuevas gracias a Internet. En 2010 vamos a tocar bastante y también hay previsto salidas a Alemania, Italia e Inglaterra.

Para este disco, el grupo ha creado su propio sello. ¿Por qué?

Porque el sistema discográfico ha quedado obsoleto. Cuando conoces este mundillo te das cuenta de que todo puede ser más sencillo si estás dispuesto a currartelo tú mismo. Podíamos haberlo colgado en nuestro Myspace con calidad alta y que cada uno se baje el álbum. Pero queríamos entregar un CD de forma física con su portada y sus letras. Eso trae su riesgo económico y también su recompensa. Ha habido gente que nos ha dicho que éste es su primer CD original. A nosotros esta historia nos ha puesto las pilas. Es muy fácil criticar a todo Cristo, pero ¿tendrás cojones de hacerlo mejor que ellos? Sin riesgo no hay emoción.

La SGAE acaba de denunciar a Santa Cruz de Campezo por no pagar derechos de autor en la música que utiliza en sus fiestas.

Esos sí que son unos chorizos y encima se muestran indignados porque alguien les está robando. ¿El qué? ¿El secreto oculto de todo músico no es ser escuchado? Estos vigilan los intereses de los burgueses musicales (Ramoncines y Victormanueles) y de las multinacionales, que apoyan a la gente que triunfa en las radiofórmulas comerciales con una canción, sin grupos, sin directos... Nosotros no tenemos derechos de autor, pasamos de esta gentuza.

Para "Una bala" la banda ha establecido una política de precios "populares". ¿Cómo está funcionando?

Ondi Records no se ha creado como una discográfica al uso. No tiene que reportar unos beneficios. Se ha hecho para repartir balas y cuantas más, mejor. Esa es la actitud. De cada entrada a los conciertos apartamos un euro simbólico para recuperar lo que pusimos para poder hacer el disco. Es una especie de ONG suicida.

¿Para un combo que cobra su verdadera dimensión frente el público, lo de estar entre cuatro paredes grabando es muy duro?

Es cansado, sobre todo las mezclas, porque te puedes tirar ocho horas escuchando la misma canción. Pero forma parte de nuestra enfermedad mental. Son ya siete discos y estás mentalizado. De todos modos, el esfuerzo merece la pena cuando escuchas los nuevos temas.

Desde que la banda se formó en el 97 ¿qué ha cambiado?

Todo sigue igual: cuatro colegas que se lo pasan de puta madre tocando.

En pleno siglo XXI, alguien se puede preguntar si el punk todavía tiene sentido.

El sentido que cada uno quiera darle. Va por dentro. La verdad es que estos tiempos se parecen bastante a cuando empezó toda esta historia, quitándole la época de la Dictadura y el caballo... Tenemos una crisis cojonuda sacando pecho y unos gobernantes que no saben por dónde tirar.

Y en Gasteiz, ¿Segismundo Toxicómano cómo se siente? ¿Cómo ve, musicalmente, a su ciudad?

A gusto. Ya sabes: la familia, el barrio, los colegas... pero lejos de todo Cristo. A los grupos de Madrid les queda todo cerca y cuando sales todos los fines de semana, la carretera acaba pesando. En Vitoria siempre ha habido muchos grupos. Levantas una piedra y te salen 20. Sitios para tocar y locales de ensayo también hay o sea que bien ¿o no?

Por cierto, en sus principios el grupo se reconocía influenciado por gente como Cicatriz. ¿Qué le parece que Goar ande buscando cantante para revivir la banda?

Mal. Cicatriz para mí se acabó el 5 de enero de 1995, cuando murió Natxo, el último miembro vivo de la banda.