Miren Nekane González lleva junto a su marido, Jon Gotzon Laburu, las riendas de Pitiminí, el nuevo establecimiento de moda infantil del casco histórico. Un carruaje de menores dimensiones,en un principio, que los vehículos que acostumbraba a dirigir esta ex directora territorial de la zona norte de compañías como Promod. S. A. De igual forma, Jon también ha trabajado en la gerencia comercial del mundo de la moda a través de la firma Roberto Verino. Conocimientos, los suyos, que han aplicado a esta aventura empresarial que continúa ahora en el casco histórico de la ciudad.

Con una tienda en la calle Gorbea que marchaba, según tengo entendido, viento en popa, ¿qué les indujo a instalar otro comercio en el casco antiguo?

Yo he nacido en el la Kutxi, en pleno casco. Y mi marido es de al lado, de Areta (Llodio). Siempre le hemos tenido mucho aprecio.

Algo plausible en el propio comercio e incluso en el folleto de Pitiminí.

Por supuesto. El folleto habla de la tienda pero también cuenta mucho de un casco antiguo del que hemos de sentirnos orgullosos. Nosotros hemos respetado un arco gótico, que es la ventana del fondo. Es como un nexo entre la tradición y lo moderno.

Una mixtura, lo digo por el nexo, que se refleja los servicios que se ofrecen desde el local.

Uno de nuestros productos estrella son las sillas para recién nacidos. Se les inscribe el nombre y se les hace un envoltorio con ropa sobre ellas. Las envíamos a domicilio adonde sea y más tarde te llega un sms indicando la hora de entrega. Si las mandas a Txagorritxu cuando haya llegado lo sabes. Nuestro récord está en 22 minutos.

También me refería a su condición políglota.

En la tienda hablamos con soltura en euskera y en inglés y chapurreamos algo de francés y alemán.