¡Menudo guirigay se está montando a costa de los derechos de autor! Como todos sabemos, cuando un autor realiza una obra existen una serie de leyes que regulan los derechos que el creador tiene sobre ella. Por una parte están los derechos morales (protegen la autoría) y por otra parte están los patrimoniales: regulan la explotación comercial de las obras. Estos últimos pueden ser vendidos o cedidos por el autor. Y como de lo que estamos hablando es de dinero, son objeto de discordia permanente.
Hace días Loquillo, Aute y Rosario, entre otros, se manifestaron ante el Ministerio de Industria. Y entregaron un manifiesto con 2.500 firmas en el que pedían "respeto" a su trabajo y medidas legales contra la piratería y contra las descargas ilegales de sus trabajos en Internet. Y parece ser que el suceso fue la gota que colmó el vaso: la ministra de Cultura dijo poco después que quiere crear una comisión para cerrar sin orden judicial aquellas web que se lucren con contenidos culturales, como música o películas. Ante semejante anuncio, miles de internautas echaron pestes contra la ministra. Y con razón: cerrar un sitio web sin orden judicial vulnera los derechos fundamentales de los ciudadanos, obviamente. Después Zapatero dijo que no, que no se va a cerrar nada. En fin, el lío no acaba más que empezar.
Hace días, también, avisé a un amigo de que una película de la que él era guionista se podía bajar desde una página web. Su contestación fue: "A mí que la gente quiera ver la peli y se la baje no me molesta demasiado. Si no hay nadie que se enriquezca claramente a mi costa, claro. Quien nos intentó robar de verdad (y nos roban ahora) fue la multinacional X. Vendieron 50.000 copias a 20 euros y pretendían no pagarnos nada. Primero nos pasaron unas cifras de ventas falsas, luego conseguimos las reales con un infiltrado en la compañía. Luego pusieron problemas legales y los tíos de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) les daban la razón y nos dijeron que no podían explicárnoslo porque no éramos abogados. Contratamos a unos que tuvieron que pegarse con los de la SGAE (que se supone que protegen a los autores) y entonces sí, al final cedieron y seis años después conseguimos que nos pagaran. Pero después han seguido vendiendo DVD y no me han dado ni un euro y es tan cansado pelearse que no sé ni si merece la pena. Por eso ponen las cosas tan difíciles. Eso quiere decir que, en la práctica, el 90% de los guionistas jamás cobran nada de las compañías que venden sus DVD porque para ser contratados por las productoras suelen ser obligados a firmar una cláusula en la que dicen que ceden estos derechos a la productora. Nosotros no lo hicimos, claro, pero somos una excepción rara."
Muy ilustrativa la explicación. En resumen: muchos autores ceden sus derechos por cuatro cuartos a grandes empresas y son éstas las que se reparten el pastel. Pero sobre esa injusta situación no hay manifestaciones.