GOZABA de una vida personal y profesional ajetreada. Sus primeros pasos en la política, sus clases en la Facultad de Derecho de Donostia y su despacho de abogados le invitaban a no abandonar su ciudad natal, pero no pudo negarse a la proposición de viajar a Oxford para dar clase durante un año.

Era el ejercicio 2003, Xabier Ezeizabarrena, actual portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Donostia, hizo las maletas para trasladarse al Reino Unido, ejercer como profesor y llevar a cabo una serie de actividades relacionadas con los derechos históricos del País Vasco. "En ese momento comencé a escribir. Se fueron publicando una serie de crónicas en la página Euskonews", explica Ezeizabarrena.

Esas divulgaciones fueron tomando forma y volumen en un libro que refleja su estancia en el país y al que ha titulado Un vasco en Oxford (Etor-Ostoa). El punto de partida del relato es la universidad, y a partir de esa pieza forma el puzzle de un estilo de vida nada semejante al que llevaba en Euskadi. En él narra detalles y anécdotas de todo tipo. "Fue una experiencia especial, única, y creo que todos los que hemos disfrutado de ella estamos muy agradecidos", recuerda el Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco. "Conocer un sistema educativo diferente es algo muy positivo, que da juego porque hay personas de todo el mundo". "La Universidad de Oxford es muy conservadora, y en el plano político muy unionista, poco amiga de los nacionalismos sin Estado, aunque el tema despertaba curiosidad. Tanto profesores como alumnos siempre estaban presentes en las cosas que organizábamos, en las publicaciones y en los seminarios", afirma mientras añade que, al margen del interés que existía, había una "libertad para pensar y para estar". "Transmitir los problemas históricos de Euskadi es la asignatura pendiente para el nacionalismo y el conflicto vasco", argumenta.

Para él, el Reino Unido es un país profundamente nacionalista pero a su vez plurinacional, ya que en él conviven naciones que son reconocidas como tal. Por ello poseen una visión más flexible, ya que disfrutan con toda naturalidad de selecciones de fútbol o de la utilización de los símbolos nacionales.

Una de las razones se la atribuye a que el Estado español es una democracia muy joven, mientras que la inglesa tiene una larga trayectoria. "Falta que se nos permita decidir, que se nos reconozca ese derecho que, para mí, es indudable", aclara. No obstante sabe que para que eso se pueda llevar a efecto hay que lograr la mayoría social suficiente. Sin embargo es consciente de la dificultad de ver satisfecho su deseo. "Es un momento complicado para el país y para el nacionalismo vasco. Todo el mundo conoce que fruto de ese pacto entre el PNV y el PP se ha desalojado al PNV del Gobierno Vasco, haciendo una apuesta política que realmente me preocupa. Me inquieta ver como van las cosas. No hay un rumbo, sobre todo en la política económica, porque Patxi López de lo que se esta preocupando es de cuestiones simbólicas e identitarias. Aquello que él decía precisamente que no le preocupaba, parece ser que es lo único que le interesa, y ahí se nota el sello del PP".

Con todas sus experiencias plasmadas en papel, se lanzó a encontrar un editor. "No fue fácil. Es un libro peculiar, que no es un ensayo y tampoco un libro de viajes". Pero pasado el tiempo lo ha conseguido. "Además parece que le está gustando a la gente. Es un volumen muy ligero del que te puedes saltar las partes que menos te interesen". Pero en la mente de Ezeizabarrena van surgiendo nuevas ideas que van configurando un nuevo trabajo que nada tiene que ver con Un vasco en Oxford, sino que esta vez creará un mundo inexistente, rescatando el estilo de El poeta y la luna, dejando atrás en ensayo y la política para volver a sus orígenes literarios, que quizás puedan verse en la próxima feria de Durango.