BARCELONA. El trabajo, liderado por Ruth Risueño, investigadora principal del Instituto de Investigación Josep Carreras contra la Leucemia, lo publica hoy la revista 'Scientific Reports'.
Los síndromes mielodisplásicos y la leucemia mielomonocítica crónica son dos cánceres que actualmente no cuentan con tratamientos suficientemente exitosos o exentos de efectos secundarios graves.
El equipo de Risueño, concretamente Antònia Banús-Mulet, ha encontrado una nueva diana terapéutica para ambas enfermedades, el receptor de serotonina, que también está presente en la leucemia mieloide aguda.
La investigación ha permitido descubrir que el receptor de la serotonina puede ser inhibido por fármacos ya aprobados en España y que actualmente son destinados a los pacientes de Parkinson, lo que, según los investigadores, podría facilitar hacer ensayos clínicos en un futuro próximo.
El hallazgo de esta diana terapéutica para la leucemia mieloide aguda ya se planteó por este mismo equipo de científicos hace ya algunos años.
El trabajo previo del grupo de investigación ya identificó que al receptor de la serotonina, una molécula de membrana presente principalmente en las neuronas, como un posible objetivo terapéutico para la leucemia mieloide aguda.
Durante todo este tiempo, el equipo de Risueño ha estado desarrollando un posible futuro tratamiento para los pacientes de leucemia mieloide aguda junto a Leukos Biotech, una empresa de biotecnología puesta en marcha en 2015 por el Instituto de Investigación Josep Carreras y la Fundación del tenor.
En su trabajo, el equipo demostró que el tratamiento con estos medicamentos aprobados para la enfermedad de Parkinson en entornos de laboratorio preclínicos fue capaz de destruir las células cancerosas, sin afectar las células sanguíneas sanas.
Estas enfermedades de la sangre se caracterizan por una evolución variable hacia una leucemia y una esperanza de vida más o menos corta.
En la actualidad, no hay tratamientos eficaces y no hay un esquema terapéutico bien definido, aunque en pacientes jóvenes se puede plantear un trasplante de médula ósea, que es el único tratamiento curativo, aunque puede haber complicaciones graves derivadas de infecciones o rechazo de la médula ósea trasplantada.