Thomas Heurtel sale de un lío y se mete en otro. Quien fuera base del Baskonia se encuentra en el centro de la polémica durante estos días tras haberse confirmado su llegada al Zenit ruso para la próxima campaña más otra opcional.

Pues bien, este hecho puede costarle caro al base de Beziers, salvo giro de los acontecimientos en el futuro. La Federación Francesa de Baloncesto (FFB) advirtió ayer de que quedará excluido de la selección si se confirman las informaciones de que ha firmado con el conjunto afincado en San Petersburgo.

En un comunicado, la FFB señaló que esa exclusión por fichar con un club ruso, algo que los jugadores de la selección se habían comprometido a no hacer en respuesta a la invasión de Ucrania, tendrá efecto "para las próximas citas internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de 2024".

El desencadenante es un mensaje en la cuenta de Twitter del Zenit de San Petersburgo, en la que indicaba que Heurtel había firmado con el club un contrato de un año, con opción para otra temporada más.

La federación indicó que estaba al corriente de que el base tenía contactos con equipos extranjeros, entre los cuales había algunos rusos, pero puntualizó que "en ningún momento se le había informado de que se había firmado un contrato o se iba a firmar con un club ruso".

Sobre todo, recordó que en la concentración de la selección a finales de julio había asegurado por escrito que ni tenía ningún compromiso con un club ruso o bielorruso ni tenía intención de firmar.

Heurtel ha sido uno de los pilares de Francia en el último Eurobasket. En la final que perdió ante España el pasado domingo anotó 16 puntos. Solo le superó Evan Fournier, con 23 puntos.

El timonel ya salió el pasado curso por la puerta de atrás del Real Madrid tras una salida nocturna antes de un partido de Euroliga ante el Barcelona en Atenas. Previamente, el Barcelona le dejó tirado en un aeropuerto de Estambul cuando conoció que estaba negociando a sus espaldas su llegada al conjunto blanco. En definitiva, un jugador problemático donde los haya que en Vitoria tampoco dejó un grato recuerdo.