Los jugadores profesionales están obligados a buscarse la vida una vez se retiran del deporte y eso es lo que acaba de suceder con Lamont Hamilton, quien fuera pívot del Baskonia durante una temporada y media entre los años 2013 y 2014.

El fornido pívot estadounidense, que no dejó precisamente un grato recuerdo entre la afición azulgrana tras su llegada procedente del Bilbao Basket, acaba de ingresar en el cuerpo de policía de Mebane (Carolina del Norte). Desde luego, no será un policía cualquiera viendo su imponente físico.

De 38 años, Hamilton se retiró del baloncesto en 2020 tras varias exóticas experiencias en el baloncesto japonés. En Vitoria, donde disputó 45 partidos entre ACB y Euroliga, sufrió muchos problemas con las lesiones y también se le abrió algún expediente disciplinario debido a su mal estado físico antes de ver rescindido su contrato a finales de 2014. Durante su carrera, el pívot neoyorquino también jugó en Francia, Rusia o Turquía.

Su imagen dentro una comisaría se ha hecho viral en las redes sociales. Con 2,08 centímetros y una intimidatoria presencia tras haber ganado varios kilos en los últimos tiempos, los comentarios jocosos acerca de su capacidad para imponer respeto en las calles estadounidenses no se han hecho esperar.