¿Qué le parece que algunos digan que el Buesa se ha convertido en un teatro y que hay menos ambiente que en el pasado?

-Es algo que no solo pasa en Vitoria. Está pasando en casi todos los pabellones. Salvo el Congost y algún otro. Estamos pagando las consecuencias del covid, de haberse vaciado los pabellones, de que la gente se ha desenganchado del deporte, se ha desenganchado de lo que es acudir a los recintos deportivos... A ver si ahora, que ya no hay que llevar las mascarillas y que la gente puede volver a consumir en los bares de los pabellones regresa el público. Necesitamos que los actos deportivos se vuelvan a convertir en algo atractivo para el aficionado porque lo hemos perdido. Se han tirado año y medio viendo baloncesto por la televisión. Y hay mucho baloncesto que ver por televisión. ¡Demasiado, igual diría yo! Hay que hacer una reflexión porque necesitamos que la gente vuelva a los pabellones, por el bien de todos. Ahora hay una sensación de abandono y de menos presión, algo que no solo pasa en el Buesa, pasa en casi todos los pabellones.

Respecto al partido de este sábado, habrá que dejar sentimentalismos a un lado

-Ya llevo siete años jugando contra el Baskonia como primer entrenador y este año va a ser el tercer partido que tengo que jugar contra ellos. A ver, siempre es bonito, pero también es verdad que cada vez quedan menos jugadores con los que coincidí, queda Tadas, y algunos del cuerpo técnico. Sí que con Neven tengo muy buena relación y nos daremos un abrazo como hacemos siempre, pero en cuanto empiece el partido, a tratar de competir lo mejor posible y a intentar ganar.

Su rival el sábado en el Carpena ya fue capaz de ganarle en Andorra siendo peor como aseguró Spahija al término del choque. ¿Cómo recibió esas palabras del croata?

-Se vio que el Baskonia es capaz de sin jugar bien ganarte, porque es un equipo con muchísimo talento. Cuenta con muchos jugadores que en el desorden son capaces de ganarte un partido. Un canastón de mucho mérito de Baldwin les dio el partido y sus palabras, él sabe que se lo agradezco, fueron un detalle, pero no te dan nada porque el entrenador rival diga eso.

El Baskonia ha mejorado respecto al que de Andorra y en el momento de juego en el que está no es el rival más propicio para que levanten el vuelo. ¿Cómo ve el partido?

-El Baskonia, ahora centrado en una sola competición, es mucho más peligroso. Como les pasa a todos los equipos de Euroliga. Desde el parón de la Copa del Rey es diferente. A nivel de química, de rol de sus jugadores, mucho más tranquilos. Es un equipo muy difícil de ganar. Juegan un baloncesto muy sencillo, de generar ventajas, de castigarte con tiros abiertos y tienen a un jugador como Wade Baldwin, de un nivel superior, tanto a nivel físico y de talento. Controla el juego, atrae mucho las defensas y ahora es un equipo muy complicado para cualquier rival.

¿Le ve aspirante a todo en la ACB?

-No veo ningún motivo por lo que no lo pueda ser. Si le respetan las lesiones, es un aspirante a todo. Es un equipo muy peligroso y con mucho talento.

Ahora en Málaga está costando conseguir cierta continuidad y el equipo está dando una de cal y otra de arena. ¿Está sufriendo?

-Unicaja no es el tipo de equipo con el que me encuentro más a gusto, pero para mí era una oportunidad de mejorar, reajustarme y probar cosas nuevas, con un tipo de jugador que no estoy acostumbrado. Estamos en ese punto de que yo me tengo que adaptar a ellos y ellos también tienen que hacer el esfuerzo de adaptarse a hacer las cosas de una forma un poco diferente. En Málaga el club no estaba pasando por su mejor momento. Los resultados no estaban siendo los mejores, pero ¿sufrir? A día de hoy, la palabra sufrir creo que hay que utilizarla en otro sentido. Sufrir cuando estás haciendo lo que te gusta, por mucho que los resultados no te acompañen, no puede ser sufrir.