Neven Spahija no esconde que la ausencia que nadie esperaba al inicio de la temporada ante la ilusión que despertaba el renovado proyecto azulgrana. El técnico croata ha hecho autocrítica esta mañana tras confirmarse el domingo que el equipo vitoriano ha quedado, exclusivamente por deméritos propios, fuera de la lucha por el torneo más atractivo de la temporada. Y, además, lo ha hecho con palabras contundentes que no dejan lugar a las dudas acerca de su bajo estado de ánimo antes de recibir al Zenit en la Euroliga.

"No jugar la Copa para nosotros, para el club, la afición y todos los que trabajamos aquí es un desastre, un fracaso y algo muy doloroso. Sin embargo, esta situación tiene que ayudarnos a trabajar más pese a las dificultades que sufrimos y saber que tenemos la oportunidad de cambiar el futuro. Eso es lo que vamos a hacer", confesó Spahija.

El preparador baskonista instó a su plantilla a reaccionar de forma urgente y mostrar otro espíritu competitivo durante los partidos. En este sentido, evitó poner excusas con la larga lista de jugadores que aún se mantienen en la enfermería, la mayoría por el covid-19.

"Estoy un poco cansado de hablar de los que no están. Nosotros tenemos que reaccionar porque un partido se puede perder, pero debemos pelear más e ir por encima de nuestro límite. Es un problema no tener jugadores para entrenar, pero vamos a competir con los que estamos. Veremos cómo aguantamos esta situación hasta que toda la gente vuelva", recalcó.

Spahija, que tampoco está mejorando en exceso los números que condenaron con anterioridad a Dusko Ivanovic, insistió en que "la camiseta del Baskonia nunca va a perder un partido antes de que termine", por lo que insistió en hacer un llamamiento a los jugadores para que levanten el ánimo. "Seguro que un equipo sufre un periodo malo donde baja la manera de jugar. Llevo 30 años en los banquillos y nunca presencié que mi equipo fallara los trece primeros triples de un encuentro, pero no ponemos excusas. Seguro que el equipo sale de esta situación", concluyó.