A pesar de que en su nueva y ajetreada vida como agente a Sergi Vidal no le sobra tiempo libre, intenta estar al tanto de todo lo que rodea al equipo en el que se convirtió en leyenda con 521 partidos oficiales disputados con su camiseta. “Tengo que seguir de cerca la actualidad y por supuesto me gusta ver qué tal le va al Baskonia”, comenta. En su opinión, “está siendo una temporada con muchos altibajos”. “Desconozco cuál es la situación real, pero seguramente ha habido conflictos internos con problemas entre jugadores y entrenadores. Ahora se ha notado un cambio, pero es una plantilla con jugadores jóvenes que necesitan todavía un tiempo de adaptación”, afirma el exbaskonista.

Con nueve temporadas como azulgrana a sus espaldas, pocos conocen mejor que Sergi Vidal al Baskonia, y piensa que no es un club apto para cualquier jugador. “Jugar en Vitoria-Gasteiz exige mucho. Yo siempre lo digo, no todo el mundo puede jugar en el Baskonia. El equipo tiene una línea de trabajo y una filosofía muy clara, y si no la sigues los días, que ya son largos de por sí, se van a hacer muy duros”, explica. Esa exigencia, sin embargo, puede resultar muy beneficiosa para quien sepa lidiar con ella. “Si estás dispuesto a seguir esa línea, el crecimiento que puedes tener y las cotas a las que puedes llegar con ese trabajo y ese día son importantes, así lo entiendo yo al menos. El problema llega si no estás dispuesto a seguir esa línea o estás acostumbrado a otra diferente. Cuando a alguien se le exige algo en lo que no cree, es difícil que la respuesta sea positiva”, defiende el ahora representante de jugadores.

Por ello, según Vidal, a lo que debe aspirar un equipo es a “encontrar el equilibrio”. “Cuando fichas a un jugador esperas que aporte unos números o rendimiento concreto, pero no siempre es así. Creo que ambas partes tienen que aportar su grano de arena. Hay que entender que los jugadores con talento a veces necesitan sus momentos de sacar su personalidad, pero ellos deben entender también que todo ese trabajo del día a día que se les exige puede convertirlos en mejores jugadores”, sentencia.