Tras unos primeros meses donde ha reinado la tranquilidad y la competición estaba disputándose con total normalidad, la emergencia sanitaria ha puesto definitivamente en jaque a la ACB. Siete partidos correspondientes a jornadas anteriores -uno de la 11 (Breogán-Joventut), otro de la 14 (Barcelona-Manresa) y cinco de la 15 (Joventut-Real Madrid, Barcelona-Andorra, Manresa-Obradoiro, Bilbao Basket-Unicaja y Tenerife-Valencia Basket)- aún están pendientes de celebrarse, pero estas pequeñas piedras en el camino no han tenido ni punto de comparación con lo que estaba por venir. De hecho, han sido el preludio de la tormenta y el caos en la jornada 16, programada entre este domingo y el lunes.

Y es que todos los partidos han sido aplazados. Hasta este domingo tan solo quedaba en pie el que debía medir mañana en la Fuente de San Luis a partir de las 21.00 horas al Valencia Basket y al Gran Canaria, dos rivales directos del Baskonia en la pelea por la Copa del Rey, pero varios positivos en las filas del equipo claretiano han obligado a la ACB a suspenderlo. Los restantes ocho enfrentamientos ya se habían pospuesto porque el covid-19 ha golpeado en con fuerza a no menos de 14 equipos. Es decir, una espiral altamente preocupante que ha puesto en alerta a todos los dirigentes.

Además del Bitci Baskonia-Burgos, cuyo aplazamiento fue notificado el viernes por la tarde por la patronal, ayer quedaron aplazados dos nuevos duelos. Primero fue el clásico que debía disputarse en el WiZink Center entre el Barcelona y el Real Madrid y, a renglón seguido, el Unicaja-Casademont Zaragoza previsto en el Martín Carpena.

Horas después de jugar en el Buesa Arena, el Barcelona -que ya tenía contagiados a Nick Calathes, Kyle Kuric y Pierre Oriola- confirmó los nuevos positivos de Sarunas Jasikevicius, Brandon Davies, Nicolás Laprovittola y tres miembros del staff técnico. El Real Madrid, por su parte, también había comunicado días atrás los contagios de Alocén Sergio Llull, Jeffery Taylor, Pablo Laso, Heurtel, Causeur, Poirier, Hanga, Yabusele, Núñez y Randolph, aunque en su caso sí estaba en condiciones de competir.

Cada vez más apurada de fechas, la ACB se ha visto obligada a aplazar cinco encuentros más. Son, en concreto, el Andorra-Manresa, el Obradoiro-Breogán, el Fuenlabrada-Joventut, el Real Betis-Bilbao Basket y el Murcia-Tenerife. Una situación dantesca que a primeros de esta semana motivó una Asamblea telemática donde se tomaron decisiones trascendentales. Los clubes decidieron por unanimidad ampliar el plazo máximo de clasificación para la Copa del Rey de Granada hasta el próximo 30 de enero. El plazo inicial expiraba el 9 de enero -fecha en que termina la primera vuelta-, pero los partidos aplazados por el covid-19 hacían inviable que en tal día hubiera finalizado la primera parte de la liga.

También se decidió que, si a fecha 30 de enero no se hubieran podido disputar todos los encuentros previstos, se tomará como criterio principal para la clasificación de cara a la Copa el porcentaje entre victorias y derrotas a 30 de enero, computando únicamente los partidos correspondientes a la primera vuelta. Del mismo modo, se produjo un reajuste en el número de jugadores disponibles que deben tener los equipos para solicitar el aplazamiento de un partido por un brote de covid-19. Hasta ahora, un club, para pedir la suspensión, debía tener ocho jugadores no contagiados, cifra que ha pasado a nueve.

Durante esta próxima semana no se podrán colocar encuentros suspendidos porque los equipos deben guardar una cuarentena de siete días. En las siguientes, con las distintas competiciones europeas en marcha para 11 de los 18 de la ACB, muy pocos podrán reprogramarse, de ahí que el momento sea crítico para la patronal en la actualidad.