A pesar de la ilusión que despertaba la plantilla confeccionada por el Baskonia en verano, el arranque de la temporada ha dejado fría a la hinchada azulgrana, especialmente tras las tres derrotas consecutivas que ha encadenado el equipo frente al Joventut, el Olympiacos y el Manresa. La campaña no ha hecho más que empezar y hay que tener paciencia con una plantilla que tiene que hacer encajar hasta siete piezas nuevas, pero también es cierto que el Manresa, que ha cerrado el mismo número de incorporaciones y ha tenido una pretemporada idéntica a la del Baskonia, fue capaz de imponerse por 74-67 el domingo a pesar de ser un equipo en teoría muy inferior al vitoriano.

No todo son notas negativas en el inicio de temporada, en el que se ha podido ver, por ejemplo, que Giedraitis mantiene el buen nivel del curso pasado, una gran versión de Granger en los dos primeros encuentros y destellos de lo que algunos fichajes son capaces de hacer, como los 23 puntos de Enoch contra el Fuenlabrada, el último cuarto de Baldwin frente al Joventut o las buenas prestaciones de Costello a pesar de no haber tenido casi tiempo para adaptarse al equipo. Sin embargo, hay algunos aspectos del juego en los que el equipo está obligado a mejorar si quiere estar a la altura de lo que se espera de él.

Una de las grandes carencias que está teniendo el equipo y que condiciona el resto de su juego es la falta de acierto en el lanzamiento exterior. Buenos tiradores como Polonara y Vildoza han dejado el equipo, pero se esperaba que la aportación de cañoneros como Marinkovic y Fontecchio, unidos a otras piezas con capacidad para anotar de tres como Baldwin, Granger y Costello pudieran incluso mejorar los porcentajes del año pasado desde el perímetro, pero de momento no está siendo así. Contra el Manresa se vieron algunos brotes verdes con la mejoría de Marinkovic y Fontecchio en este aspecto, pero la estadística global de los cinco primeros choques deja un pobre 36/119 en triples, lo que se traduce en un 30% de acierto. Esto facilita mucho las cosas a los rivales, que pueden cerrarse más en defensa y dificultar tiros fáciles sin miedo a que el Baskonia castigue desde el perímetro.

Sin el equipo al completo

Esa negativa estadística tiene mucho que ver con la ausencia de Alec Peters, uno de los mejores -si no el mejor- tiradores del equipo, que de momento no ha podido disputar ningún partido oficial por una lesión en la rodilla. También se perdió un compromiso Giedraitis por una lesión en el tobillo, otros dos Baldwin por paternidad y Raieste, operado en verano, no ha jugado ningún encuentro hasta el momento. Esto se traduce en que en lo que va de curso Ivanovic no ha podido contar en ningún momento con la plantilla del primer equipo al completo, lo cual, teniendo un plantel corto de solo doce jugadores, es un problema notable y a ello se debe la contratación temporal del escolta catalán Álex Barrera. Lo que está claro es que no se podrá juzgar el auténtico potencial de este Baskonia hasta que sus doce jugadores estén en condiciones.

Mientras tanto, no sería mala idea trabajar algunas cuestiones tácticas y baloncestísticas en las que el equipo ha hecho aguas en los últimos partidos. Una de ellas tiene que ver con el sistema de cambios automáticos atrás que propone Dusko Ivanovic, cada vez más habitual en el baloncesto actual y especialmente en la NBA. Con el objetivo de poder llevar a cabo esta idea con éxito, el club renovó por completo su juego interior en verano contratando a Costello, Enoch y Nnoko, pívots más móviles que Fall, Diop y Jekiri y capaces de defender a jugadores más pequeños que ellos lejos del aro. De momento, han demostrado que tienen cualidades para cumplir esta función, especialmente Nnoko, aunque el sistema defensivo sigue sin dar frutos.

El que todos los jugadores puedan cambiar su marca en defensa permite evitar los bloqueos del rival y menor desgaste a la hora de perseguir rivales, pero requiere de mucha coordinación y entendimiento entre los jugadores, algo que de momento no está sucediendo, provocando desajustes que dejan a los rivales liberados o al defensor a contrapié. A ello, hay que sumarle que sacar al pívot a defender al base a la línea de triples reduce la capacidad para proteger el rebote defensivo. En efecto, el Manresa capturó 14 rebotes en ataque y el Joventut 16, por lo que este es sin duda un inconveniente a tener en cuenta y que Dusko deberá trabajar mucho si pretende defender con este sistema.

Pérdidas y baja anotación

Otro asunto a corregir y que ha llevado al Baskonia por el camino de la amargura en los dos últimos compromisos es el gran número de balones perdidos y, por lo tanto, posesiones desperdiciadas. Ante el Manresa, el equipo vitoriano perdió nada menos que 22 balones frente a los 11 del conjunto catalán. Contra el Olympiacos la cifra alcanzó los 21, igual que en la jornada inaugural en Valencia. Es entendible que a principio de temporada se cometan errores, pero la cifra es excesivamente alta. Esto se debe a imprecisiones en los pases de los jugadores, que han protagonizado en ocasiones entregas impropias de la Euroliga con balones demasiado bajos o muy previsibles, pero también a la incapacidad para encontrar a jugadores liberados mediante los sistemas, que los miembros de la plantilla siguen sin asimilar. La ansiedad tampoco es una buena aliada en este sentido.

La suma de todos estos problemas, en conclusión, están derivando en puntuaciones muy bajas que, sumadas a las grietas defensivas, hacen que sea muy difícil para los alaveses sumar triunfos. El Baskonia vivió el curso pasado de anotar muchos puntos en transición gracias a intensas defensas, pero si el equipo contrario roba más balones y los azulgranas no son capaces de capturar rebotes defensivos para correr, de poco sirve esta virtud. De hecho, el cuadro gasteiztarra registró contra el Olympiacos su segunda anotación más baja de la historia en Euroliga al quedarse en 50 puntos, mientras que en la ACB se quedó en 61 y 67 contra el Joventut y el Manresa respectivamente. En cualquier caso, la escasez de puntos solo es la parte visible del iceberg de un Baskonia que, citando al propio Ivanovic, necesita "no hablar mucho y trabajar mucho".

A la plantilla, confeccionada para poder realizar cambios automáticos atrás y anotar en transición, le está costando asimilar la idea de Dusko

Cuando el Baskonia tenga a los doce jugadores del primer equipo disponibles, se podrá valorar el potencial del plantel de este curso