La rueda del infernal calendario competitivo al que debe hacer frente el Baskonia año tras año ya ha empezado a girar de una forma imparable y no hay tiempo material para saborear victorias ni rumiar desencantos. Con menos de 48 horas de descanso tras el sufrido éxito ante el Fuenlabrada en el Buesa Arena, el equipo de Ivanovic retorna hoy a la acción con una salida peligrosa que ya se le indigestó la pasada campaña tras aquel postrero triple de Ferrán Bassas.

El base barcelonés no tendrá la oportunidad de convertirse nuevamente en el verdugo azulgrana porque en un entrenamiento de pretemporada sufrió a finales de agosto una fractura del escafoides de la muñeca derecha. Sin embargo, el Joventut conserva intacta el resto de la espina dorsal que tan buenos resultados le está brindando en los últimos tiempos -encabezada por dos tipos sobrados de oficio como Pau Ribas y Ante Tomic- y ha conseguido añadir piezas de prestigio a su engranaje exterior tras los regresos de Guillem Vives y Brandon Paul, este duda por una lesión muscular.

Se trata, por tanto, de la clásica salida envenenada y con mucho que perder para un Baskonia obligado a efectuar un ejercicio de abstracción antes de su bautismo continental en El Pireo. Con el inicio de la maratoniana fase regular de la Euroliga a la vuelta de la esquina, el progresivo cansancio físico y mental que irán acumulando los hombres de Ivanovic tiene visos de propiciar algún disgusto inesperado en el frente doméstico. Hasta ese instante, convendrá prolongar la imbatibilidad liguera en tierras catalanas y hacer acopio de un tercer triunfo consecutivo para seguir el frenético ritmo de los dos gigantes del baloncesto español.

El Baskonia seguirá avanzando ante un clásico de la ACB en su proceso de maduración y tratando de ensamblar un bloque muy renovado que todavía no ha metido la sexta marcha. Al tren azulgrana no se han subido algunos jugadores llamados a marcar diferencias, sobre todo Baldwin y Fontecchio. El ex del Bayern está acreditando muchos problemas para leer el juego en el ataque posicional, mientras que del alero italiano se espera que recupere la mordiente y la chispa exhibidas con su selección este verano. Marinkovic es otro jugador llamado a elevar la munición, si bien el del serbio es un fichaje que no ha creado tantas expectativas.

Por fortuna, el Baskonia atesora una notable amalgama de recursos que le permite sobrevivir a cualquier emboscada como la que le tendió el Fuenlabrada el viernes delante de su afición. Pese a la baja de un primer espada como Peters, el potencial ofensivo en manos de Ivanovic resulta envidiable y la facilidad para facturar canastas fáciles en transición mediante un alto ritmo de juego ya está quedando patente en estos albores del ejercicio.

Entre el consabido vértigo azulgrana y la valiente propuesta baloncestística del Joventut de Carles Durán, un equipo donde también sobresale el desparpajo de algún canterano que empieza a tirar la puerta abajo como Pep Busquets, tiene visos de surgir un partido muy atractivo para el espectador.

Otra cosa distinta será que esta barra libre para perforar el aro rival sea del agrado de Ivanovic, que tras el triunfo ante el Fuenlabrada cuestión la pasión de varios jugadores a la hora de morder en labores de contención. El preparador montenegrino ha tardado muy poco tiempo en arremangarse y leer la cartilla a una plantilla sabedora de que en el cuerpo a cuerpo con la mayoría de rivales en el Viejo Continente tiene casi todas las de ganar.

3ª jornada de la ACB. Olímpico de Badalona (18.30 horas, #Vamos).

Árbitros: Pérez Pizarro, Zamorano y Martínez Silla.

Puesto 9º (1 victoria y 1 derrota).

Entrenador Carles Durán.

Suplentes Busquets, Paul, Ventura, Helmanis, Feliz, Wilis y Maronka.

Puesto 5º (2 victorias y 0 derrotas).

Entrenador Dusko Ivanovic.

Suplentes Granger, Kurucs, Fontecchio, Costello y Enoch.

El cuadro verdinegro llega con problemas físicos al partido: Bassas y Zagars son baja en la dirección mientras que su estrella Paul y Birgander dudas