Fue el suplente de Jordi Millera en aquella histórica final de la Recopa de 1996 ante el PAOK griego que sigue siendo hasta ahora el único trofeo europeo en las vitrinas del Buesa Arena. El director deportivo del Fuenlabrada siempre tiene palabras de cariño para el Baskonia, uno de los muchos clubes en los que militó como jugador antes de iniciar su etapa como director deportivo.

¿Qué sabor de boca se le ha quedado tras la incompleta remontada del reciente debut liguero ante el Gran Canaria?

-He sacado dos lecturas del partido. La primera mitad es lo que no debemos hacer en esta liga. Si no compites a nivel físico, cualquier rival te saca del campo. Y la positiva es que, cuando nos ponemos a jugar, aun haciéndolo 20 minutos, somos capaces de plantarle cara a un rival como el Gran Canaria. Me quedo con lo bueno, es decir que podemos competir contra cualquiera y que el camino a seguir son esos segundos 20 minutos del otro día. Ahí se vio nuestro potencial y que, donde no llegamos por talento, lo hacemos por ganas, que es un poco el ADN que identifica al Fuenlabrada.

Repiten muchos jugadores de la pasada temporada y el técnico Raventós. ¿Eso es realmente una ventaja y otorga un plus?

-En un club como el nuestro es difícil que pasen cosas como la continuidad de la plantilla de este verano. Otros años hemos intentado sin éxito renovar a la espina dorsal de la plantilla, pero este año sí. Pensamos que sí puede ser una ventaja pero no nos podemos quedar solo en eso. La salida que hicimos el otro día no puede repetirse. Entrar a un partido como el del Gran Canaria con un nulo nivel de agresividad y esa pasividad nos incapacita para competir. En el quinteto titular había cinco jugadores de la pasada campaña. Sí es muy importante mantener el bloque pero, sobre todo, estar al mismo nivel que alcanzamos al final del año anterior.

Viendo como se han reforzado otros rivales directos y que el líder es un recién ascendido como el Breogán, ¿pueden pensar en algo más que la permanencia?

-Sería absurdo hacerlo. Como todos los años, volvemos a estar entre los dos o tres presupuestos más bajos de la competición y el objetivo no puede ser otro distinto. Que después podemos mirar más arriba, pues lo haremos tal y como ha sucedido en temporadas anteriores cuando jugamos alguna edición de la Copa del Rey o un play off de la liga. El objetivo primordial y esencial es mantener la categoría. Si lo conseguimos y podemos mirar hacia arriba, pues somos un club ambicioso. Pero siempre con los pies en el suelo.

Haciendo un repaso al estado general de la ACB en el curso 2021-22, ¿cree que ha subido el nivel tanto por arriba como por abajo?

-Sí, cada año se ficha más y mejor y nos lo ponen más difícil a los clubes que tenemos poco dinero. Hasta un recién ascendido como el Breogán tiene una plantilla increíble. Los equipos de nuestra liga cada año se refuerzan mejor y los de arriba son inalcanzables. Hoy en día, dar una sorpresa ante un favorito al título es ya prácticamente imposible. Solo me queda felicitar a los directores deportivos por cómo fichan. Me hacen ser mejor cada temporada y todos los años tengo que reinventarme.

Goudelock a Bilbao, Musa a Lugo y Todorovic, Carrington y Bertans a Sevilla. ¿Observa estos movimientos con cierta envidia?

-Sí. Realmente yo no llego al precio que cuestan esos jugadores y tengo que hacer apuestas por gente menos contrastada. La pasada campaña fichamos a ocho jugadores nuevos y hemos intentado renovarles. Leo Meindl es un jugador muy importante. El año pasado era un desconocido cuando lo trajimos y entonces tienes que intentar mantener el bloque, aunque muchas veces cuando juegan bien te los quitan de las manos. Sabemos lo que somos y sabemos lo que cuesta. Ya me gustaría disponer de jugadores de esa calidad, pero por presupuesto no llegamos. Muchas veces, a esos jugadores tienes que formarlos tú.

El partido de este viernes no es de su liga, pero no pueden venir derrotados de antemano. ¿Es así?

-Por descontado. Nuestra idea es ir a competir todos los partidos. Cuando compites, alguno te llevas. También es verdad que, para nosotros, el Baskonia es en este instante un transatlántico y está en otra dimensión. Sin embargo, estamos empezando la temporada, los grandes no están al cien por cien y todavía tratan de cuadrar algunas cosas. Entonces si hay un momento para sorprenderles es este, pero debe juntarse que nosotros estemos muy bien y ellos no tengan un día muy acertado. Si podemos sacar la victoria, trataremos de conseguirla.

¿Ve al Baskonia capaz de evitar un nuevo clásico en la final y acabar con el duopolio?

-Desde luego, me encantaría. Primero por mi pasado baskonista y luego porque arriba están los de siempre con un dinero que, como digo yo, proviene de otras cosas que no es baloncesto y aumenta las dificultades. La capacidad para regenerarse del Baskonia siempre está ahí, pero competir con Real Madrid y Barcelona resulta francamente difícil. Su plantilla me gusta mucho y espero que, como ya sucedió hace dos temporadas, el título vuelva a ser para alguien distinto. Eso sería muy positivo para la competición.

Usted fue en su día un base cerebral y pausado. Bases como Baldwin no había en su época...

-Bueno... Por entonces empezaron a llegar Turner y Bennett, dos bases que me parecían la hostia. A lo mejor, ambos al lado de este serían ahora normalitos. Yo recuerdo que me costaba mucho hacer frente a Andre y Elmer por su explosividad. Entonces si me hubiera encontrado a uno como Wade, no me quiero ni imaginar lo que hubiese pasado. La ACB ha pegado un cambio brutal de mi época por el nivel físico de los jugadores, pero también pienso que los de ahora son peores tácticamente.

¿Quiere decir entonces que Ferrán López tendría hueco hoy en día sobre una cancha de basket?

-A nivel de lectura de juego sí, a nivel físico me echarían a patadas. Antes sabíamos jugar mejor a baloncesto, a lo mejor no nos alcanzaba por el físico pero sí por el talento técnico-táctico que era mucho más rico que ahora. Hoy en día prevalece mucho más el físico, pero técnica y tácticamente los jugadores son peores.

A Ivanovic le gusta un bloque que muerda atrás, corra como un poseso y con pívots que sean atletas. ¿Es partidario de esta filosofía? ¿La tiene en cuenta para construir su plantilla en Fuenlabrada?

-Está claro que cada año busco gente más atlética y física para poder salir airoso de este baloncesto. Ya se ha perdido el típico cinco que solo juegue de espaldas o que no salte al pick and roll. También se tiende a una defensa de cambios automáticos y que cualquier grande pueda defender a un pequeño y para eso necesitas gente atlética y potente físicamente. Entonces hay que adaptarse a los nuevos tiempos porque la liga es cada vez más física.

¿Ha tenido que agudizar su ingenio por la falta de recursos durante la emergencia sanitaria?

-Un poco, igual que siempre. Lo bueno que tuvimos durante la pandemia es que, como terminamos la liga antes de los que compitieron en la burbuja de Valencia, pude moverme bien en el mercado y aprovechar oportunidades. Me gustaría que de vez en cuando hubiera un parón de este estilo y siguieran jugando los de arriba porque me permitió fichar a jugadores que en condiciones normales no hubiese podido. Muchos tuvieron miedo a quedarse sin equipo por culpa del covid-19 y eso facilitó las cosas. En el año del parón de la pandemia, la mayoría de mis jugadores llegaron antes de junio cuando nosotros normalmente empezamos a fichar a finales de julio.

¿Las ofertas fueron a la baja y los jugadores arrimaron el hombro?

-El año pasado tuvimos la ventaja de que los jugadores querían conseguir un trabajo cuanto antes y los pudimos fichar algo más baratos de lo que es normal. Pero este verano ha vuelto a ser como siempre, me ha costado más y he tenido que jugar con los tiempos. Lo que en junio son 200.000, a lo mejor a finales de julio o primeros de agosto lo puedes obtener por 150.000. Al final, sabes que no todos los jugadores se colocan y hay que tener la paciencia necesaria para ficharles un mes más tarde por un precio más barato.

¿Queda algún caladero inédito que no haya sido descubierto por un director deportivo?

-Es difícil. Lo único que puedo ofrecer a una promesa para ficharla es abrirle la puerta de entrada directa a la ACB. Somos un club pequeño pero valiente que apuesta por los jóvenes y los pone a jugar sin miedo. Hay que seguir mirando en Argentina y en todos los sitios porque nunca sabes. Hay generaciones buenas que salen y otras que no. Por ejemplo, ha habido años en los que Letonia ha sacado una gran generación de jugadores, puede ser que mañana sea Francia... Tienes que estar atento siempre pero, por encima de todo, ser un club valiente y las apuestas que hagas ponerlas aun a sabiendas que te puede salir mal. No podemos tener a doce jugadores consagrados porque no llegamos por dinero.

¿Qué ha encontrado en Fuenlabrada para llevar trece años ejerciendo como director deportivo?

-Como jugador ya encontré un sitio idóneo en el que mis cualidades encajaban a la perfección con este club. Me identifico con la filosofía del Fuenlabrada, con su espíritu de lucha. Si hago un balance global, estoy muy satisfecho porque solo hemos tenido un descenso que no se consumó en los despachos. Con nuestro presupuesto, estar todos los años luchando por sobrevivir creo que es un éxito y significa que algo bien estaremos haciendo. ¿Nuevos retos? Te mentiría si dijera que no me gustaría probar como director deportivo de un club con aspiraciones de ganar títulos. Pero estoy muy a gusto aquí y, mientras no suene esta flauta, que a lo mejor no se da nunca, pues estaré encantado de seguir en un club donde me valoran. Para mí, cada año es un reto súper apasionante. Otros clubes aspiran a ganar títulos; para el Fuenlabrada la salvación es como si hubiese ganado la Copa de Europa.

“Cada año se ficha mejor y nos lo ponen más difícil a los clubes con poco dinero; es casi imposible ya dar una sorpresa ante un grande”

“Espero que el título sea para alguien distinto que el Real Madrid o el Barcelona; su dinero proviene de otras cosas que no es baloncesto”

“A nivel de lectura de juego sí podría haber militado hoy en día en la ACB, pero en la vertiente física me hubiesen echado a patadas”

“Lo único que puedo ofrecer a una promesa para ficharla es abrirle la puerta de entrada directa a la ACB; a las apuestas hay que ponerlas”