- El posible interés que podía tener la visita del Baskonia al Nou Congost se ha esfumado por completo. El triunfo cosechado ayer por el Valencia Basket ante el Fuenlabrada, algo esperado dado el desigual nivel de ambos equipos, ancla definitivamente a los vitorianos a la quinta posición de la fase regular y reduce al mínimo los alicientes del compromiso en Manresa.

Se trata de una ubicación de lo más incómoda que deparará una áspera hoja de ruta de cara al asalto a la quinta Liga ACB de la historia. Sin embargo, siendo realistas, ni el más optimismo del lugar vislumbra ahora mismo al Baskonia revalidando la corona liguera conquistada la pasada temporada en la burbuja de Valencia.

Tras el éxito de los hombres adiestrados por Jaume Ponsarnau, ya es oficial que la primera eliminatoria por el título contra el Valencia Basket, prevista al mejor de tres asaltos, tendrá lugar con la desventaja de campo. Tras haber sido durante los últimos meses, con permiso del Tenerife, el único equipo capaz de seguir el infernal ritmo del Barcelona y, Real Madrid, el Baskonia ha perdido bastante gas.

A raíz de la eliminación de la Euroliga y el brote de covid-19 en su vestuario que afectó a varios jugadores, los problemas han ido in crescendo. Las derrotas en casa ante el Joventut y el Unicaja ya permitieron intuir la pérdida de estabilidad azulgrana tras varias semanas de confinamiento en el domicilio.

El quinto puesto no satisface por razones obvias a nadie. Ni por la identidad del rival levantino que cercenó las últimas esperanzas continentales ni por el factor cancha en contra. Porque, a diferencia del Buesa Arena, la Fuente de San Luis sí abrirá parcialmente sus puertas el día 31 -en principio, la fecha escogido para el duelo inaugural- para acoger público.

Este hecho será una dificultad añadida para un Baskonia obligado a ganar, al menos, un partido a orillas del Turia si quiere plantarse en semifinales, donde previsiblemente aguardará el Real Madrid de Pablo Laso. El rival de los blancos en cuartos todavía está por definir ya que a la octava plaza todavía optan el Unicaja, el Gran Canaria y el MoraBanc Andorra.

Antes de que llegue esa eliminatoria entre vitorianos y taronjas, queda un último banco de pruebas en Manresa. Un partido que, si bien a nivel clasificatoria carece ya de importancia, debe servir para que el Baskonia recupere sensaciones, continúe ganando ritmo de competición y trate de seguir metiendo en dinámica a jugadores que han sufrido el covid-19 y los nuevos fichajes.

Polonara seguirá fuera de un equipo que, si bien en el Palau Blaugrana ofreció síntomas de mejoría, se encuentra muy lejos del nivel de solidez exigible con el fin de ser una alternativa al título. La lesión del cuatro italiano ha llegado en el peor momento y el traspaso de Luca Vildoza a los Knicks ha repercutido negativamente en la pegada ofensiva de un Baskonia con problemas de creatividad y una evidente falta de talento en la cuerda exterior.

Con su discontinuidad y lagunas, el argentino era un jugador que sabía echar el balón al suelo y con capacidad de desequilibrio en el uno contra uno. Salvo Henry y Giedraitis, casi nadie es capaz de fabricarse sus propias canastas. También se echa de menos una mayor agresividad a nivel defensivo pese al siempre espectacular despliegue físico de Sedekerskis, una de las grandes noticias de esta campaña y que, pese a haber sufrido los efectos del patógeno, se ha convertido en un chico para todo en la oficina.

El principal objetivo del Baskonia radica en sumar un triunfo que le permita llegar al play off con buenas sensaciones. Esta tarde aguarda en el Nou Congost un meritorio Manresa con dos viejos conocidos como Pedro Martínez y Matt Janning entre sus filas.

El conjunto afincado en el Bagés se quedó hace días sin opciones matemáticas de aspirar al octavo lugar tras el triunfo del Gran Canaria ante el Valencia, pero ello no empaña una temporada en la que ha competido a un nivel excelente. En los locales debutará el base Melvin Pantzar, fichado esta semana ante las lesiones de Mason Makai y Guillem Jou.