El Baskonia se quedó fuera del Top 8 de la Euroliga sobre la bocina tras su derrota en la Fuente de San Luis ante el Valencia Basket pero una parte de su brillante historia en los últimos tiempos sí ha conseguido hacerse un hueco en la glamurosa Final Four prevista en Colonia. Los cuatro clasificados para la reunión más elitista del Viejo Continente, prevista entre los días 28 y 30 de mayo en el majestuoso Lanxess Arena, acogen entre sus filas a una notable colección de jugadores con pasado en el Buesa Arena.

Es un pequeño consuelo pero, sobre todo, un motivo de orgullo que la friolera de once exbaskonistas vayan a gozar dentro de unas semanas de la posibilidad de proclamarse monarcas continentales en tierras teutonas. Si algo ha quedado meridianamente claro y es ensalzado lejos de Gasteiz es la asombrosa capacidad de la entidad azulgrana para descubrir el talento mucho antes que otros adinerados peces gordos del Viejo Continente, siempre atentos a la evolución de los citados mirlos blancos en la cancha de Zurbano para tratar de echar sus redes aprovechando la generosa cartera.

Desde tiempos inmemoriales el proceso se repite hasta la saciedad y es conocido por todos. El Baskonia adquiere en el mercado, casi siempre a un precio bastante razonable a jugadores con un evidente margen de mejora que, tras su paulatino crecimiento y ver disparada su cotización hasta límites insospechados, ya resultan imposibles de ser mantenidos en nómina. Con el fin de regenerar sus proyectos y seguir compitiendo al máximo nivel, a Josean Querejeta no le queda otro remedio que colocar en el mercado a sus joyas de más valor y facturar el mayor dinero posible. Siempre que no acaben contrato, claro está.

El CSKA lidera con cuatro efectivos el particular ranking de exbaskonistas presentes en la Final a Cuatro de Colonia, aunque bien podrían haber sido cinco de no mediar el farragoso conflicto entre Dimitris Itoudis y Mike James. Toko Shengelia, Johannes Voigtmann y Micheal Eric, la apuesta del club del Ejército Rojo tras confirmarse las lesiones de Nikola Milutinov y Joel Bolomboy, sostienen el engranaje interior de los rusos, mientras que Darrun Hilliard ha perdido algo de protagonismo en el perímetro tras la llegada de Iffe Lundberg.

El Anadolu Efes y el Armani también se nutren de jugadores con pasado en Vitoria, en concreto tres por barba. En el equipo turco, que ha malvivido para dejar en la cuneta al Real Madrid, Shane Larkin y Rodrigue Beaubois son, con permiso de Vasilije Micic, las principales estrellas en manos de Ergin Ataman, que en el quinto partido ante los blancos acertó de pleno rescatando del anonimato a Tibor Pleiss. El alemán se ha visto eclipsado en los últimos meses por la pujanza de Sertac Sanli pero sigue siendo un jugador a tener en cuenta pese al paso del tiempo.

En el caso del Armani, Shavon Shields ha sido su principal termómetro a lo largo de la temporada. El alero danés ha ofrecido un rendimiento si cabe mayor que en Vitoria y en el partido definitivo que selló el pase de los lombardos a Colonia se fue hasta los 34 puntos y 41 de valoración con una estadística espectacular (4 de 6 en tiros de dos, 5 de 6 en triples y 11 de 12 desde la personal). Vladimir Micov y Michael Roll, que en su día fueron temporeros en el Baskonia -el escolta tunecino dejó fuera del roster a Jaka Blazic antes de los play off por el título de la temporada 2016-17 en una controvertida decisión-, figuran en un segundo plano en la rotación exterior de Ettore Messina.

El Barcelona, otro gigante de Europa que siempre mira al Buesa Arena para reforzar su armazón, también tendrá en Adam Hanga a otro de sus bastiones para romper su sequía de títulos desde 2010. El purasangre húngaro vale para un roto y para un descosido en el interminable roster culé dada su polivalencia. Jasikevicius, tal y como hizo Pesic en su día, le alterna en las posiciones de alero y base, siempre con el objetivo de elevar la temperatura física de un equipo con recursos ilimitados.

Un decimotercer exbaskonista podría haberse colado en la fiesta de la Final Four de no haber mediado su abrupta salida de la Ciudad Condal. Se trata de Thomas Heurtel, cuyo contrato fue rescindido a mitad de temporada tras sus reiterados desencuentros con el técnico lituano. El timonel galo, que en el Baskonia ya justificó su etiqueta de jugador díscolo y problemático en el vestuario, se ha tomado su particular venganza con el club catalán alistándose en su rival más acérrimo (Real Madrid) a partir de la próxima campaña.