Han transcurrido ya cinco partidos desde que Tonye Jekiri sufriera en Miribilla un esguince en su rodilla derecha que le apartó de la circulación para cerca de dos meses y hay algo que Dusko Ivanovic ha dejado meridianamente claro. El entrenador montenegrino, y así lo demuestra con hechos, se siente mucho a gusto con los pequeños en pista y continúa sin contar con sus dos cincos sanos todo lo que podía intuirse cuando el ex del Asvel Villeurbanne quedó fuera de combate tras aquella embestida de Arnoldas Kulboka en la lucha por un rebote ofensivo.

Ni Ilimane Diop ni mucho menos Youssoupha Fall están siendo argumentos de peso a los que el jefe del Baskonia recurre cuando llegan los minutos importantes de los partidos. El primero acumula varias titularidades consecutivas pero, sin embargo, no termina de gozar de la continuidad esperada en una de las temporadas más difíciles que se le recuerdan a nivel personal. Más sorprendente es el ostracismo del gigante senegalés, cuyos errores son castigados con severidad.

Pese a sus notables minutos con un pleno en sus tiros de dos puntos y una superioridad aplastante ante Parakhouski y Babatunde cada vez que recibió un balón en el centro de la pintura, Fall se ausentó por motivos técnicos en la segunda parte de la plácida victoria del Baskonia en el Principado de Andorra.

No cabe duda de que los interiores de siete pies comienzan a tenerlo cada vez más complicado en el baloncesto moderno, donde casi todos los técnicos están priorizando a jugadores quizás no tan espigados pero sí mucho más móviles, dinámicos, con buen desplazamiento lateral y capaces tanto de abrir el campo como de efectuar los cada vez más imprescindibles cambios automáticos en defensa. Salvo el madridista Walter Tavares, que con su simple presencia desquicia al más pintado, apenas hay torres que marquen las diferencias y sean auténticos termómetros en los principales transatlánticos de la Euroliga.

Quedan pocas dudas ya acerca de la jerarquía establecida por Ivanovic en la zona azulgrana. El de Bijelo Polje confía a ciegas en el triple poste que integran Achille Polonara, Alec Peters y Tadas Sedekerskis. Tres jugadores que, en compañía de Rokas Giedraitis, se complementan a la perfección y conforman una terna muy difícil de ser defendida por los rivales.

El espectacular físico del canterano lituano, un Carpanta de los rebotes y que se está especializando incluso en defender a cincos, permite al Baskonia mantener un listón elevado en cuanto a la pelea física sin que sea necesaria siempre la presencia de un grande. Diop sí tiende a abrirse hacia el exterior, pero su muñeca no es tan eficaz como la de otros hombres altos del plantel.