- Suma y sigue para un Baskonia que resuelve muchas jornadas del calendario prácticamente sin despeinarse. La visita del Fuenlabrada al Buesa Arena también se convirtió en una balsa de aceite para los hombres de Ivanovic. Antes de que esta semana regresen las curvas en la áspera hoja de ruta continental hacia el Top 8, el conjunto vitoriano quemó con extrema suficiencia otra noche predestinada al uno indiscutible en la quiniela.

Pese a la animosidad de un visitante por momentos respondón y empeñado en rebelarse contra un destino escrito de antemano, la vuelta a la ACB deparó al TD Systems un partido de lo más plácido tres semanas después de su última victoria en Tenerife. Otro paso más en busca de esa tercera plaza a nivel doméstico que, salvo improbable desvanecimiento de Real Madrid y Barcelona, parece ser el techo en esta anodina fase regular.

A la tropa alavesa, algo acomodada en los veinte minutos iniciales y autoconvencida de su aplastante superioridad, le bastó endurecer su actividad defensiva tras el intermedio para evitar sobresaltos. En cuanto se puso el mono de trabajo y apretó el acelerador, el Fuenlabrada -tal y como le sucedió a otras víctimas recientes como el Khimki y el Estrella Roja- vio abiertas múltiples vías de agua en su entramado y no pudo seguir el inclemente ritmo anotador de los vitorianos.

El Baskonia confirmó su dulce momento y el gran estado de confianza atisbado semanas atrás. Ivanovic aprovechó la coyuntura para lucir su fondo de armario y volvió a utilizar a sus doce efectivos. Algo que difícilmente se repetirá en las grandes refriegas, pero que en días de guante blanco como ante el Fuenlabrada debería ser siempre una obligación.

Tras un comienzo al ralentí, el TD Systems fue entrando progresivamente en calor hasta reventar la resistencia madrileña a base de incesantes misiles y contragolpes meteóricos. Ni siquiera la excelsa calidad del vertiginoso Melo Trimble, un base con la suficiente jerarquía como para llevar las riendas de algún club con miras mucho más ambiciosas que el inquilino del Fernando Martín, alumbró un conato de rebelión en las filas visitantes.

La buena circulación en ataque brindó cómodas posiciones de tiro que los francotiradores de Ivanovic no desaprovecharon. Giedraitis, que hizo diana en sus primeros cuatro intentos, fue la punta de lanza de un equipo vitoriano de gatillo fácil pero, al mismo tiempo, con desatenciones defensivas que dieron algo de vida a los del sur de Madrid. El alero lituano se ensañó con un rival animoso pero escaso de músculo y físico para no acabar el partido con la lengua fuera.

Ivanovic no se sintió cómodo del todo con el rendimiento de sus cincos. De hecho, en el primer cuarto ya habían hecho acto de presencia Fall, Jekiri y Diop sin que ninguno brindara grandes dosis de solidez. El de Bijelo Polje no le pasó ni una al gigante senegalés, castigado con una buena ración de banquillo cada vez que incurrió en un error sobre la cancha pero también demoledor cuando recibió balones en posiciones ventajosas. El nigeriano, por su parte, tampoco dispuso de una gran continuidad debido a sus problemas con las faltas e Ilimane sufrió las volcánicas acometidas de Alexander.

El Baskonia siempre manejó con acierto los tiempos de un partido en el que su rival hizo la goma en todo momento. Cada acercamiento madrileño fue neutralizado a base de oficio y una nueva victoria en el frente doméstico nunca corrió peligro. Tampoco necesitó el Baskonia introducir una quinta marcha para mantener a un rival de la parte baja cuyo maleficio desde tiempos inmemoriales en el Buesa Arena vivió el enésimo capítulo.

Sin entrar en combustión plena como en jornadas precedentes, el TD Systems opuso argumentos incontestables que hicieron inviable la sorpresa. Más allá de la pegada de Giedraitis o Peters, Ivanovic agradeció las pinceladas de talento de Vildoza, la buena visión de Henry, el físico de Tadas o el sobrio trabajo de intendencia de Polonara. El Fuenlabrada resistió a duras penas el arreón azulgrana en el segundo cuarto que parecía ser definitivo para resolver la suerte del ganador y llegó con las opciones intactas al intermedio, pero a la vuelta de los vestuarios se topó con la cruda realidad de un Baskonia inabordable.

La autoridad esperada La vuelta a la ACB tres semanas después deparó al Baskonia un partido de lo más plácido ante un rival de la zona baja de la tabla. El Fuenlabrada hizo en todo momento la goma en el marcador y, como cabía esperar, se derrumbó en cuanto los locales dieron una vuelta de tuerca a la intensidad tras el intermedio.

Un trabajo coral Ivanovic aprovechó la coyuntura para repartir los minutos, especialmente entre los tres 'cincos', y consiguió involucrar así a muchos jugadores en la tarea de desgaste del conjunto madrileño. Siete piezas del técnico montenegrino alcanzaron o superaron la decena de puntos en una jornada resuelta sin sobresaltos.

Polonara

El corazón de este competitivo Baskonia que hasta en los partidos de entreguerras ofrece un rendimiento espectacular. Otra minutada entre pecho y espalda para lograr dobles figuras.

10

asistencias de Henry

El estadounidense brilló en su faceta como pasador y alimentó de forma notable a los compañeros.

Ivanovic En el primer cuarto ya había puesto en liza a sus tres 'cincos', señal de su insatisfacción con las faltas de Jekiri y un Fall al que no pasó ni una. En un partido propicio por la debilidad madrileña, terminó introduciendo a sus doce jugadores en pista. Dio confianza a Tadas y Diop, pero en el lado negativo de la balanza Polonara volvió a acumular unos excesivos minutos en sus fatigadas piernas.

Al equipo vitoriano, en el que actuaron sus doce jugadores, le bastó un acelerón tras el descanso para destapar las débiles costuras del cuadro afincado en el sur de Madrid

Siete efectivos de Ivanovic alcanzaron, como mínimo, la decena de puntos en una plácida jornada donde el incansable Polonara volvió a tirar del carro con dobles figuras