Dusko Ivanovic no es de los que arroja fácilmente la toalla y, pese a que el objetivo está plagado de espinas, acaba de reivindicar las aspiraciones del Baskonia de luchar por el 'Top 8' antes de subirse al vuelo chárter que trasladó a la expedición azulgrana hasta Moscú.

“Todavía estamos con opciones de entrar y vamos a dar todo para estar dentro. El partido ante el Khimki es la primera posibilidad”, reconoció el técnico montenegrino.

El Khimki se ha convertido en una especie de perita en dulce dentro de la Euroliga con una trayectoria ciertamente calamitosa, aunque Ivanovic no se movió de la línea de máximo respecto hacia el conjunto ruso.

“Ha quitado muchos extranjeros, antes era un grupo de jugadores muy buenos y muy caros, todos estrellas. Ahora es un equipo con una sola estrella pero que está jugando diferente y mejor, luchan más y son más peligrosos. Todo está alrededor de Shved, él mete, crea, produce todo en ataque y los compañeros tienen experiencia, calidad y espíritu de lucha”, analizó Ivanovic, para quien la receta ganadora radica en “volver a jugar como antes de la Copa, mucho más agresivos en defensa e intentar correr para lograr canastas fáciles”.

Por su parte, Alec Peters recalcó que “debemos tomarnos cada partido de aquí en adelante como si fuera una final si queremos tener opciones de entrar en el play off”.

Dado que el octavo clasificado transita con dos victorias de diferencia respecto al TD Systems, el ala-pívot estadounidense recalcó que “no tenemos tiempo que perder y conseguir la tercera victoria consecutiva sería algo importante para nosotros”.

“No importa ir último o primero en la clasificación. En la Euroliga cualquier equipo es vulnerable, especialmente nosotros como hemos demostrado perdiendo ante rivales por debajo en la tabla y ganando a otros por encima. Si no lo damos todo, podemos perder contra cualquiera, pero si jugamos con concentración y confianza también podemos ganar a cualquiera”, advirtió Peters, para quien el Khimki atesora “un gran potencial ofensivo y jugadores como Shved, McCollum o Mickey por dentro capaces de desequilibrar un partido”.