- Cuando el pasado 18 de enero las manos inocentes de Amaya Valdemoro y Sitapha Savané emparejaron al TD Systems Baskonia y al Joventut de Badalona para uno de los cruces de cuartos de final, seguro que a algún aficionado azulgrana con buena memoria se le iluminó una sonrisa en su rostro. Y es que el conjunto verdinegro ha sido desde siempre un rival talismán para los alaveses en el torneo más atractivo de la temporada.

Hay una curiosa estadística que alienta las esperanzas de gloria antes del pistoletazo de salida a esta nueva edición copera prevista en el WiZink Center, la más desangelada de la historia por la ausencia de público en las gradas. De hecho, el Joventut ha sido una víctima del Baskonia en su tránsito hacia cinco de los seis entorchados coperos que lucen actualmente en las vitrinas del Buesa Arena. Tan solo en el sexto y último título copero obtenido en Madrid en 2009 no figuró la histórica Penya entre las víctimas del conjunto vitoriano antes de izar la preciada copa.

Verdinegros y azulgranas son el tercer y cuarto equipo más laureado en esta apasionante competición, con ocho y seis títulos respectivamente. Ambos han protagonizado ásperas batallas cuando, por ejemplo, jugadores que más tarde dieron con sus huesos en la NBA vestían sus colores. El último pulso, eso sí, es de ingrato recuerdo para el Baskonia, ajusticiado en febrero 2019 por un descomunal Nicolás Laprovittola con 36 puntos y 50 dígitos de valoración, el récord en la historia de la Copa del Rey.

Hasta en cuatro ocasiones ha dejado el TD Systems en la cuneta al Joventut en cuartos de final para conseguir su propósito de ganar el título. La primera vez data de Granada en 1995 cuando el equipo dirigido en aquel momento por el ya fallecido Manel Comas avanzó hacia semifinal tras un duelo más o menos cómodo (96-89). El Real Madrid (86-79) y el Zaragoza (88-80) fueron los siguientes obstáculos a derribar.

En 1999, año del segundo entorchado copero en Valencia, el Baskonia también abrió la Copa ante el Joventut. En esta ocasión, los hombres dirigidos desde el banquillo por Sergio Scariolo tuvieron que sudar tinta china para acceder a semifinales tras un partido resuelto casi sobre la bocina (76-73). En la antesala de la final, el extinto TAU se impondría al Real Madrid (78-74) y en el asalto definitivo al Caja San Fernando (70-61).

En la edición de Vitoria de 2002, una de las más emotivas por la épica final ante el Barcelona desequilibrada gracias a una canasta contra tablero de Elmer Bennett (85-83), el Baskonia también vivió un duelo en el alambre ante el Joventut en cuartos. El combinado catalán tan solo hincó la rodilla tras una canasta en los instantes finales de Luis Scola que estableció el definitivo 74-72. La siguiente víctima alavesa en semifinales sería el Unicaja (83-72).

Otro encuentro para la historia de las Copas del Rey fue el que enfrentó al Baskonia y al Joventut en la gran final del año 2004, celebrada en el pabellón San Pablo de Sevilla. Ivanovic disponía de un quinteto ciertamente de lujo (Calderón, Macijauskas, Nocioni, Scola y Splitter), pero un irreverente cuadro verdinegro comandado por Rudy Fernández le llevó al límite (81-77) en una edición donde la elección del ahora alero del Real Madrid como MVP desató una gran polémica.

La última vez que el Baskonia eliminó al Joventut para proclamarse monarca copero tuvo lugar en 2006. En aquel cruce de cuartos disputado en Madrid, no hubo color porque los hombres capitaneados por Velimir Perasovic pasaron el rodillo con un contundente 92-72. El equipo vitoriano siempre fue por delante en los tres partidos que propiciaron la conquista de su quinto galardón. En semifinales y en la gran final, tampoco daría ninguna opción al Real Madrid (87-75) y al Valencia Basket (85-80), respectivamente.

Claro que en el lado negativo de la balanza también hay una derrota copera que todavía escuece sobremanera en el seno del Baskonia. En concreto, la que tuvo lugar en el Buesa Arena en 2008 en el partido donde se dilucidaba el título. El conjunto azulgrana, que esa campaña terminaría alcanzando la Final Four de la Euroliga y conquistando su segunda Liga ACB bajo la batuta de Neven Spahija, se ahogó en la orilla (80-82) ante un Joventut que tuvo en tres joyas de su prolífica cantera (Ricky, Ribas y Rudy) a tres bastiones superlativos.